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La subida de los rendimientos de los bonos no debe preocupar a los inversores en oro

Lupa y gráfico de barras

El nivel de los rendimientos de los bonos del tesoro se ha convertido en la principal preocupación de los inversores en oro, que se han tomado al pie de la letra la relación inversa que el metal precioso mantiene con aquéllos. Aunque es cierto que esta variable influye en el precio del oro, también lo es que hay que ponerla en contexto.

De ello se ha encargado el director de investigación de inversiones del Consejo Mundial del Oro, Juan Carlos Artigas, en una interesante entrevista publicada por Neils Christensen en Kitco News.

Según Artigas, la subida de los rendimientos de los bonos ha sido el principal factor que ha retraído los precios de los metales preciosos desde principios de año, aunque los inversores en oro no deberían preocuparse por ellos ni siquiera si sube por encima del 2,5%.

En su opinión, aunque la actuación del oro ha sido bastante pobre durante el primer trimestre del año, existen muchos factores relacionados con la economía global que pueden impulsar el precio del metal en 2021.

Artigas considera lógica la subida de los rendimientos de los bonos, debido a la mejora de las expectativas de recuperación de la economía global tras la pandemia. Sin embargo, el analista cree que los bancos centrales, la Reserva Federal en especial, van a seguir manteniendo los tipos de interés cercanos a cero durante el futuro próximo, por lo que los rendimientos de los bonos acabarán estancándose.

“Es cierto que hemos asistido durante este año a una subida sustancial de los rendimientos de los bonos en lo que llevamos de año, pero también lo es que, históricamente, siguen estando en un punto extremadamente bajo. Incluso si la rentabilidad de los bonos a 10 años vuelve a subir hasta el 2,5%, sería un nivel muy bajo desde el punto de vista histórico”, afirma Artigas.

Los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años han aumentado su rentabilidad por encima del 1,6%, su máximo en más de un año. Sin embargo, ello no parece haber afectado seriamente al mercado del oro, que se mantiene cómodamente por encima de los 1.700 dólares la onza.

A la hora de escribir estas líneas, el precio spot del metal alcanzaba los 1.727,20 dólares la onza, mientras que el fixing de la London Bullion Market Association (LBMA) cerró la sesión del lunes 12 de abril, a 1.732,85 dólares.

Inflación

Al margen de que los rendimientos de los bonos vayan a seguir subiendo, desde el Consejo Mundial del Oro creen que el principal factor que podría generar una importante subida del precio del metal sería la inflación.

Así, si la inflación crece por encima de los rendimientos nominales de los bonos, los rendimientos reales (es decir, descontando la inflación), permanecerán en niveles históricamente bajos, lo que es un factor muy significativo para los metales preciosos.

“Aún no conocemos el verdadero impacto de la pandemia ni las consecuencias que tendrán todos los estímulos que se han inyectado en la economía global. Esperamos que los inversores sigan contemplando al oro como una protección frente a esos riesgos, señala Artigas.

Desde el Consejo Mundial del Oro llaman la atención también sobre el hecho de que los bancos centrales también han manifestado su intención de dejar subir la inflación mientras se va recuperando la economía.

Precio

En cuanto al estado del precio del oro, Artigas cree que la decepcionante actuación del oro durante el primer trimestre del año refleja el cambio de tendencia entre los inversores tácticos, que han comenzado a huir del mercado del metal en busca de activos de mayor riesgo ante la sensación de mejora de las perspectivas económicas.

Así, los últimos informes señalan que, en el primer trimestre del año, los ETF de Europa y Norteamérica han registrado la salida de más de 200 toneladas de oro, con una caída en sus fondos de alrededor del 10% que es, aproximadamente, el mismo porcentaje que se ha dejado el precio del metal durante el primer trimestre del año.

Sin embargo, también es cierto que el menor precio del oro propicia la entrada de más inversores estratégicos, que apoyarán el metal a largo plazo: “como activo estratégico, el oro no va a proporcionar unas ganancias anuales del 25%. Por lo general, las inversiones estratégicas son más determinantes cuando forman parte de una cartera más amplia y no constituyen el único activo”.

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