Aunque el gobierno federal estadounidense inició el pasado 22 de diciembre un cierre parcial debido a la falta de fondos, la US Mint (Casa de la Moneda de los Estados Unidos) seguirá funcionando como de costumbre, a menos que el presidente Trump emita una orden ejecutiva en sentido contrario.
La razón por las que las cuatro cecas norteamericanas (Filadelfia, San Francisco, West Point y Denver) no hayan echado el cierre por falta de dinero para abonar las nóminas de sus funcionarios, se debe a que la Casa de la Moneda de Estados Unidos no obtiene créditos del dinero de los contribuyentes y no lo ha hecho durante más de dos décadas.
«La Casa de la Moneda de los Estados Unidos está financiada por su propio Fondo de Empresas Públicas, no por asignaciones anuales«, dijo su portavoz, Michael White. «Como resultado, la US Mint estará abierta para sus funciones habituales y funcionará normalmente ante cualquier lapso de la financiación”.
La acuñación de monedas circulantes se mantendrá en las cecas de Filadelfia y Denver, al igual que la producción de monedas conmemorativas, monedas prooof para productos numismáticos en la Casa de Moneda de San Francisco y monedas de oro, plata, platino y paladio en todos los acabados en la ceca de West Point.
Las visitas públicas guiadas (colegios, asociaciones, etc.) continuarán como siempre sin interrupción en las instalaciones de Filadelfia y Denver.
Hasta el establecimiento del Fondo de Empresas Públicas, bajo la Ley Pública 104-52, promulgada el 19 de noviembre de 1995, la US Mint tiene que presentarse, anualmente, ante el Congreso de los Estados Unidos con el fin de solicitar asignaciones federales para apoyar financieramente sus operaciones.
Mientras tanto, todos los estamentos federales de la nación continúan paralizados a la espera de que demócratas y republicanos lleguen a un acuerdo sobre el órdago que puso el presidente Trump sobre la mesa de los presupuestos, con la necesidad de solicitar la aprobación de 5.000 millones de dólares para finalizar la construcción del muro que separará definitivamente las fronteras entre México y Estados Unidos, para impedir así la entrada masiva e ilegal de ciudadanos provenientes de Centro América y América del Sur.