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Las amenazas de recesión y crisis de deuda ponen en valor el papel del oro como refugio

Recurso recesión

El carácter de activo refugio del oro se pone de manifiesto especialmente en momentos de crisis económica o política, cuando los inversores buscan protección. Eso es lo que puede estar sucediendo ahora si, como aseguran algunos analistas y gestores de fondos de inversión, estamos al borde de una recesión y de una crisis de deuda.

Según un reciente informe de Joe Foster, gestor de carteras de Van Eck, la recesión podría estar acechando a la economía de los Estados Unidos: “la divergencia entre la euforia de los inversores y la debilidad de los indicadores económicos es cada vez mayor. Ello, unido a otros indicadores del final del ciclo, como la volatilidad de los mercados de capitales, la situación del mercado de bonos y el comportamiento de los bancos centrales, sugiere que la recesión podría estar más cerca de lo que creemos. Y si la economía sufre una recesión, creemos que los riesgos van a propiciar que suba el precio del oro.

Además, esta amenaza de recesión se va a ver agravada por una inminente crisis de deuda. Según Foster, la deuda estadounidense equivale actualmente al 75% del producto interior bruto, pero el incremento del gasto va a impulsar el déficit por encima del billón de dólares para el año 2022.

“Creemos que la crisis de deuda es inminente, aunque es difícil pronosticar el punto de inflexión. Puede producirse en la próxima recesión o en un momento en que los tipos de interés suban y los tenedores extranjeros de bonos estadounidenses dejen de confiar en Washington”, señala el gestor, quien pronostica que las dos únicas alternativas que tiene Estados Unidos para tratar de reducir la deuda son la suspensión de pagos o la monetización.

Dado que el gasto público no parece que vaya a reducirse, el gestor de Van Eck cree que esto podría llevar a que cada vez existan más apoyos a la llamada Teoría Monetaria Moderna (MMT, por sus siglas en inglés).

Esta teoría propone que los gobiernos tienen la capacidad de emitir moneda de forma ilimitada, ya que el nivel de impuestos sobre el gasto gubernamental permite regular la inflación y el desempleo, y no es simplemente una forma de financiarse.

Sin embargo, Foster advierte que la irresistible tentación de la monetización puede conducir a una devaluación de la moneda y a una hiperinflación a gran escala, como la que se produjo en la Alemania de la República de Wweimar, en la década de los 20 del siglo pasado.

En estas situaciones, el oro pone de relieve su carácter de activo refugio y atrae el interés de los inversores que se alejan de activos de mayor riesgo, como las acciones y los bonos.

Por eso, la posibilidad de que se produzcan una recesión y una crisis de deuda permitirán que el precio del oro suba, aunque actualmente esté pugnando por situarse por encima de la barrera de los 1.300 dólares la onza.

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