Los mercados de capitales mundiales volvieron a caer el pasado viernes, 26 de octubre, y están a punto de registrar sus peores resultados semanales en más de cinco años, en un momento en que crece la incertidumbre sobre los beneficios empresariales, el comercio y el crecimiento económico mundial. Una situación que está beneficiando a los metales preciosos, que están viendo cómo su precio sigue subiendo.
Los mercados europeos han seguido la estela bajista de las bolsas estadounidenses, que registraron importantes pérdidas después de que los resultados de Alphabet y Amazon decepcionaran a los analistas.
Según apuntan desde Reuters, los principales mercados de la Eurozona cayeron un 1,5% de media, con el DAX alemán perdiendo un 1,7% y el CAC francés, un 1,8%.
El índice internacional MSCII, que recoge los resultados de un total de 47 países, bajó un 0,3% al comienzo de la sesión en las bolsas europeas y se encamina hacia su quinta semana consecutiva de pérdidas, lo que constituye su peor racha desde el mes de mayo de 2013.
Uno de los desencadenantes de esta caída ha sido la racha de decepcionantes resultados presentados por algunas de las principales empresas estadounidenses. Las expectativas de los analistas eran muy altas, ya que estaban acostumbrados a crecimientos de entre el 18 y el 25%.
En Asia-Pacífico, el índice MSCI caía un 0,9% al comenzar la sesión, alcanzando su nivel más bajo desde el mes de febrero de 2017. El yuan, la divisa china, volvió a caer, lo que ha despertado las alarmas de los inversores internacionales ante la ralentización del crecimiento de la segunda economía mundial. La cotización del yuan respecto al dólar ha caído a 6,96, su nivel más bajo desde diciembre de 2016.
El índice asiático MSCI ha sufrido una severa corrección en los últimos días y va camino de su quinta semana consecutiva de pérdidas, su peor racha desde el año 2015. Durante la pasada semana, el índice perdió más de un 4%.
En Hong Kong, el índice Hang Seng ha perdido un 1,1%, mientras que las acciones de las compañías tecnológicas perdían un 1,3% de media.
Las tecnológicas también han caído en el mercado de Corea del Sur, donde el índice se dejó un 1,75% y está en los niveles mínimos desde el mes de diciembre de 2016. En Japón, el Nikkei también cerró con una caída del 0,4% el pasado viernes, 26 de octubre, rematando la semana con una pérdida del 5,98%.
Los mercados de capitales globales han caído en las últimas fechas alrededor de un 20% respecto a los recientes máximos. La principal preocupación entre inversores y analistas es que la política restrictiva de la Reserva Federal y el fin de los efectos de los estímulos fiscales pueden afectar a la economía de los Estados Unidos.
A ello se añade también la preocupación por las dificultades de la economía china, que va a marcar el comportamiento de los inversores durante los próximos 12 meses.
El euro también retrocedió (un 0,1%, hasta 1.1365 dólares) después de que el gobernador del Banco Central Europeo, Mario Draghi, comunicara el final, este mismo año, del programa de recompra de activos que este organismo tiene en marcha, por valor de 2,6 billones de euros.
Draghi señaló también que los tipos de interés podrían subir después del verano de 2019, pese a los temores que existen sobre el futuro político y económico de la unión monetaria.
Por su parte, la libra esterlina registró su mínimo de las últimas siete semanas respecto al dólar el pasado 26 de octubre, y el mínimo de tres semanas respecto al euro, debido a las dudas que existen sobre la posibilidad de que el Gobierno británico y la Unión Europea alcancen un acuerdo sobre el Brexit.
La caída de los mercados de capitales globales ha afectado a los rendimientos de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense, que cayeron hasta el 3,0920% desde el 3,136% del día anterior.
El contagio se ha extendido también al precio del petróleo, después de que Arabia Saudí alertase sobre la existencia de un exceso de suministro. El crudo estadounidense cayó a 66,68 dólares el barril, mientras que el Brent perdió un 0,73%, hasta 76,33 dólares/barril.
Con todo este panorama, los metales preciosos son los principales beneficiados, ya que su precio suele moverse en dirección contraria a los mercados de capitales y los bonos del Tesoro. Además, el nerviosismo entre los inversores puede poner en valor su carácter de activo refugio, algo que los analistas habían echado en falta en fechas recientes, ante el aumento de la incertidumbre geopolítica mundial.
El oro cerró la sesión del pasado viernes, 26 de octubre, en la London Bullion Market Association (LBMA) a 1.233,85 dólares la onza, el segundo más alto desde mediados del mes de julio. El precio spot rondaba los 1.230 dólares la onza en el momento de escribir estas líneas.