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Las cinco razones por las que el oro es considerado como dinero desde Aristóteles

Moneda de oro acuñada por el emperador romano Trajano

El oro ha sido considerado desde hace siglos como un medio de pago, incluso más confiable que las propias divisas emitidas por los estados y que tan solo cuentan con el respaldo de éstas. Éstas son las cinco razones que demuestran que el oro se trata de auténtico dinero.

Según Doug Casey, en un artículo recogido por el blog The Daily Coin, se trata de una anomalía histórica el hecho de que los consumidores consideren como dinero los billetes que guardan en sus carteras: “el dólar es, técnicamente, una moneda, que es un sucedáneo del dinero, emitido por los gobiernos. Sin embargo, el oro es auténtico dinero”.

Casey recuerda que a lo largo de la Historia se han utilizado como dinero muy diversas cosas: muchas sociedades antiguas, incluyendo a los romanos, utilizaban el ganado como dinero. De hecho, el término “pecuniario” procede de “pecus”, cabeza de ganado en latín.

También en la Roma antigua se utilizó la sal como moneda, de donde procede también la palabra “salario”. Por su parte, los indios de América del Norte utilizaban conchas de moluscos como moneda. Incluso los cigarrillos fueron utilizados como moneda durante la Segunda Guerra Mundial. “Así que el dinero simplemente es un medio de intercambio y un depósito de valor”, afirma Casey.

Lógicamente, aunque casi cualquier materia puede utilizarse como dinero, hay algunas que funcionan mejor que otras a este respecto y los metales preciosos, el oro y la plata, son un ejemplo de materiales que son capaces de mantener el valor.

“No hay nada mágico en torno al oro. Simplemente es el más adecuado entre los 92 elementos químicos naturales para utilizarse como dinero, de la misma forma que el aluminio es adecuado para construir aviones o el uranio es el más adecuado para producir energía nuclear”, asegura Casey.

El uso del oro como dinero viene de antiguo: ya en el siglo IV a. C., el filósofo Aristóteles estableció cinco razones por las que el oro podía considerarse dinero. Cinco razones que sigue siendo válidas ahora, muchos siglos más tarde:

1. Durable

Un material que funcione como dinero no debe destruirse mientras lo llevas en el bolsillo ni evaporarse cuando no lo estás mirando: debe ser indestructible. Por eso no se pueden usar frutos como dinero, ya que se pueden pudrir o ser comidos por los insectos: no es duradero.

2. Divisible

El dinero debe ser convertible en piezas más grandes o más pequeñas sin perder su valor, para adaptarse a cualquier tamaño de transacción. Por eso, no utilizamos como dinero un material como la porcelana, ya que medio jarrón Ming no tiene valor.

3. Consistente

El dinero siempre debe tener el mismo aspecto, para que sea fácil de reconocer, y cada pieza debe ser idéntica a las demás. Por eso no se pueden usar pinturas al óleo como dinero, ya que cada pintura es única, incluso aunque haya sido realizada por el mismo artista, sea del mismo tamaño y esté hecha con el mismo material.

Por eso mismo motivo, tampoco se usan inmuebles como dinero, ya que cada uno de ellos es diferente al resto.

4. Conveniente

El material idóneo para utilizarse como dinero debe reunir mucho valor en un tamaño muy reducido, para ser muy portable. Por eso no se utiliza el agua como dinero, aunque sea una materia esencial para la vida, ni otros metales como el plomo o el cobre, ya que para que las monedas tuvieran suficiente valor, deberían ser demasiado grandes.

5. Con valor intrínseco

Un material que funcione como dinero es algo que mucha gente desea o puede usar. Se trata de una característica fundamental para que se considere como un medio de cambio: todo el mundo desea tener oro y estaría dispuesto a intercambiar algo de valor para obtenerlo.

“Por eso es por lo que no deberíamos utilizar cosas como trozos de papel como dinero, por muy impresionantes que sean las inscripciones que lleven”, advierte Doug Casey.

A estas cinco razones expresadas por Aristóteles, Casey añade una sexta, que el filósofo griego no mencionó porque nadie en aquel momento habría podido imaginarlo: el oro no puede crearse de la nada.

Según Casey, estas razones demuestran que “el oro no es una religión ni una superstición bárbara. Simplemente es de sentido común. El oro es especialmente bueno para utilizarse como moneda, igual que el papel es adecuado para fabricar libros o el acero lo es para las estructuras de los edificios. Que el oro sea dinero es simplemente el resultado de un proceso del mercado, que busca el medio óptimo de almacenar valor y realizar intercambios”.

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