España se suma al grado de incertidumbre creado por Italia, y apunta a una posible crisis económica, si se lleva a cabo la moción de censura al gobierno presidido por Mariano Rajoy y cambia la política europeísta. ¿De qué manera podría responder el mercado del oro?
Todo marchaba más o menos igual por esta piel de toro, con la única expectativa de si el Real Madrid sería capaz de ganar una Champions más y coronarse definitivamente como el Rey de Europa, cuando el pasado viernes 25 de mayo, tras hacerse pública la sentencia del famoso “Caso Gürtel”, el eterno candidato a presidir algo, Pedro Sánchez, declaraba la intención del PSOE de presentar una moción de censura contra el gobierno presidido por Mariano Rajoy. Comenzaron los temblores en ínsulas y península.
Buena parte de España festejaba alborozada que un equipo de fútbol hispano y madrileño fuera aclamado en todo el mundo como el único entre los únicos. Conjunto que, además, para mayor escozor de sus rivales, ya había conseguido una semana antes el mismo galardón pero en baloncesto.
Mientras tanto, otra buena porción de españoles, se echaba las manos a la cabeza, y al bolsillo, ante el temor de una posible nueva crisis económica producía por el impertérrito aviso de moción de censura contra Mariano Rajoy por parte del hasta hace no mucho discutido secretario general del partido socialista.
La causa que provocó a Pedro Sánchez el nuevo intento de asaltar la Moncloa a cualquier precio, tras los enormes varapalos sufridos por él y su partido en 2015 y 2016, no fue otro que el de la publicación de la sentencia de la Audiencia Nacional (número 20/2018) sobre el “Caso Gürtel” en la que se condenaba a casi todos los implicados a durísimas penas, además de salpicar al propio PP nacional, como persona jurídica, que ha resultado condenado como beneficiario de un “sistema de corrupción institucional”.
El presidente del actual gobierno y su partido, el PP, han quedado en la cuerda floja y el PSOE, azuzado por podemitas e independentistas catalanes, ha visto el momento apropiado para soplar en esa dirección y hacer caer al ejecutivo que obtuvo en las últimas elecciones generales casi 8 millones de votos.
Las alarmas de bajada del Ibex y la subida de la prima de riesgo han sido los primeros avisos de temor e incertidumbre económica, tras el desconcierto sufrido entre los analistas en los primeros momentos de la amenaza hecha realidad de la moción de censura, que advierte de consecuencias por el impacto en la inversión, el empleo y el crecimiento.
Los temores a una coalición de socialistas con populistas atieuropeos e independentistas, hace que giremos la vista a nuestros vecinos mediterráneos, a Italia. En el país trasalpino están sufriendo sus eternos problemas para formar gobierno y la reciente negación del presidente de la República, Sergio Mattarella, a la presencia del candidato al Ministerio de Economía, del euroescéptico Paolo Savona, ha hecho saltar por los aires el ejecutivo de coalición de la Liga Norte más 5 Estrellas, capitaneado por Luigi di Maio.
Europa no ve con buenos ojos, más bien se aterrorizan, ante la imagen de una Europa que pueda sufrir los temblores de terremotos populistas bien por parte de Italia, bien por parte de España o, lo que es peor aún, por un tándem hispano italiano.
Ya hemos sufrido en España el traslado-huida de empresas asentadas en Cataluña, más de 5.000, con el riesgo que conlleva. ¿Qué podría pasar si una coalición PSOE-Podemos alcanzara el poder sin pasar por las urnas?
Conocemos cómo es el caos ordenado en el que desde hace años parecen moverse políticos y empresas italianas; pero lo que pudiera pasar en España, la aventura de Pedro Sánchez, es una peligrosa incógnita, pues se desconoce realmente, aunque se intuye, cuál sería el precio a pagar por el sí a la caída de Rajoy por parte del independentista catalán Quim Torra, vocero de Puigdemont, y del soberanista Íñigo Urkullu.
Por lo pronto, la prima de riesgo, tras la noticia de la moción de censura, escaló el pasado viernes hasta los 106 puntos, cuando el 11 de mayo cerraba en 72 puntos. En Italia están por encima de los 200 puntos.
Con un nivel de deuda cercano al 100% del PIB y un déficit implantado en el 3%, nuevos temblores en los mercados pueden volver a resucitar viejos fantasmas que “animaban” antiguos gobiernos, como el de Rodríguez Zapatero. Claro que un doble gobierno de euroescépticos asentados en Madrid y Roma, convertirían los temblores en auténticos terremotos de alta escala Richter.
¿Cómo puede reaccionar el mercado del oro ante esta situación?
Ya se sabe que en momentos de crisis el oro está considerado a nivel mundial como valor refugio.
Vaya por delante que en Italia existe una cultura del oro mucho más arraigada en la población que lo pueda estar en España. Hay más negocio en el ámbito de la inversión, en el de la joyería y en el de la industria que utiliza el metal precioso, De hecho, en Vicenza, la bella ciudad del Veneto, se celebra todos los años, a finales de enero y en septiembre, una Feria Mundial del Oro, dedicada a la joyería y, en gran parte, al oro de inversión.
En España, por ahora, eso es impensable. Si bien en los tres últimos años el nivel de atención sobre los metales preciosos ha aumentado gracias a la presencia de empresas que dedican su esfuerzo y capacidad a presentar, a nivel nacional, la posibilidad de ahorrar y adquirir oro a medio y largo plazo.
El precio del metal amarillo está en estos momentos en plena lucha por volver a alcanzar los 1.300 dólares la onza, por debajo de los 1.340 dólares en los que se colocó el mercado británico cuando se aprobó el Brexit y miles de ciudadanos del Reino Unido se lanzaron a bancos y establecimientos acreditados para adquirir lingotes y monedas de inversión o bullion ante la alarma sufrida en el mercado bursátil.
Por ahora Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o Bilbao no han notado un cambio extraordinario en la atención diaria a clientes en busca de oro.
Seguiremos atentamente el devenir de la política que se cuece en la Carrera de San Jerónimo, sede del Congreso de los Diputados, y por ende cómo puede reaccionar la ciudadanía ante los peligros de experimentar fuera de las urnas.
El oro está ahí, en diversos formatos, tamaños y posibilidades de cada bolsillo, convirtiéndose en una de las mejores opciones en el caso de que la desconfianza empuje a pequeños, medianos o grandes ahorradores a la búsqueda de alternativas ante la caída de la credibilidad sobre el futuro de la economía patria.