Los metales preciosos explotaron a principios de año porque probablemente nunca ha habido tantas razones fundamentales para comprar oro y plata. Se han visto turbulencias económicas, luchas políticas, disturbios sociales, un déficit federal de 3.000 millones de dólares y un billete verde debilitado por los estímulos fiscales y monetarios, todo sucediendo a la vez a las puertas del 3 de noviembre, fecha de las elecciones presidenciales de Estados Unidos: Biden contra Trump, demócratas contra republicanos.
La forma en que los mercados terminen el año dependerá de si persisten estas condiciones o no. El escenario bajista a corto plazo para los metales probablemente tendría algo en común con 2016. Donald Trump ganó y los inversores se sintieron más seguro, señala Clint Siegner director de Money Metals Exchange.
Los inversores y, a la vez, electores, podrían centrarse en comprar activos de riesgo y podrían estar menos motivados para comprar activos de refugio seguro.
“Esta vez, sin embargo, no es probable que las elecciones pongan fin a la incertidumbre. La extrema izquierda tendría que aceptar una victoria de Trump sin estallar en un malestar social generalizado, y el miedo que rodea a la Covid-19 debería desaparecer”, afirma Siegner.
En un entorno así, los mercados de valores podrían recuperarse y es posible que la Fed no tenga que inyectar más “metadona monetaria”. Los inversores podrían racionalizar que disminuirán los déficits de miles de millones de dólares y el desempleo generalizado.
El caso bajista a corto plazo para los metales preciosos depende de la restauración de la confianza general de los inversores. Si estos pueden ver que 2021 será un año mejor, entonces la demanda de metal físico podría disminuir, como sucedió después de la primera victoria de Trump, hace cuatro años.
El argumento alcista para los metales radica en la incertidumbre continua o en aumento. Los inversores en oro y plata estarán muy motivados si Joe Biden gana las elecciones. Anticiparán impuestos más altos, más bloqueos económicos aplastantes e incluso más rescates y gastos financiados con deuda.
Independientemente del resultado, los estadounidenses podrían polarizarse aún más a medida que aumente el malestar social.
El director de “Money Metals Exchange” indica además que podría producirse un debate aún más polémico sobre cómo responder a la pandemia de la Covid-19 en curso. “Un presidente Biden lideraría el esfuerzo para cerrar más escuelas y negocios y limitar aún más las reuniones utilizando la mano dura del gobierno federal”.
En este escenario, la narrativa de la recuperación se desmorona. Los inversores aceptan que la difícil situación económica del país de las barras y estrellas no es buena y es probable que empeore. Los mercados convencionales comienzan a reflejar una realidad más oscura. La Fed responde con la próxima ronda de estímulos, incluso más masiva que la anterior. El dólar se debilita y los metales preciosos se disparan.
“Los resultados de las elecciones son una variable clave para pronosticar cómo los mercados del oro y la plata podrían terminar el año. En este momento, los mercados de predicción y las encuestas apuntan a una victoria de Biden. Las próximas semanas deberían ser emocionantes, de una forma u otra”, finaliza su análisis Clint Siegner.