Los principales ejecutivos de las compañías mineras de oro, que se reunieron durante la semana pasada en el Denver Gold Forum (Colorado, EEUU), consideran que la presión de los costes se mantendrá hasta el próximo año, lo que se suma a los vientos en contra del sector alimentados por la incertidumbre económica y política, las interrupciones en la cadena de suministro y el aumento de los tipos de interés.
Los ejecutivos de las grandes mineras de oro, reunidos en el Denver Gold Forum, son de la opinión de que el entorno económico actual no tiene precedentes, y que las medidas adoptadas por la Reserva Federal han dado alas al dólar y han hecho caer el precio del oro.
En opinión de una de las voces más autorizadas del sector, Mark Bristow, CEO de Barrick Gold, “nos encontramos en tiempos interesantes, ya que las economías mundiales y el entorno geopolítico han alcanzado otro punto de inflexión. Se puede decir que la última vez que nos enfrentamos a tal incertidumbre fue la Segunda Guerra Mundial”.
Las repercusiones de la pandemia del virus Covid-19 y el impacto de la guerra de Rusia en Ucrania son factores importantes que han provocado una inflación elevada durante décadas, mientras que la interrupción de la cadena de suministro mundial ha aumentado la presión de los costes para las empresas y los consumidores. Es probable que estos problemas persistan a medida que la Reserva Federal continúe con su agresivo endurecimiento monetario, según los principales ejecutivos del sector minero.
Según el CEO de Newmont, Tom Palmer, “estamos en un entorno económico muy volátil en este momento: la inflación, los tipos de interés en aumento, la tragedia que se desarrolla en Ucrania... Es un tema más amplio que la industria del oro”. Palmer cree que la inflación de los costes de la mano de obra, el combustible y la energía, así como de los materiales y los consumibles “continuará hasta la mayor parte de 2023”.
El aumento de los costes está afectando a las empresas mineras y a sus operaciones en todo el mundo. La minera sudafricana Gold Fields ha tenido que hacer frente a los elevados costes laborales que están aumentando los gastos en Australia, donde la empresa tiene nueve minas en funcionamiento, según su director general, Chris Griffith. Aunque ha visto un enfriamiento de los precios del combustible, otros componentes clave para la minería, como los explosivos y los reactivos, no han bajado todavía gracias a la persistente inflación: “es probable que sigamos viendo la inflación en niveles altos durante un periodo de tiempo significativo, aunque hemos visto que se ha aplanado”, señaló Griffith.
La opinión en el sector es que el actual entorno económico va a propiciar las fusiones y la consolidación, especialmente para las mineras con efectivo y necesidad de crecer.