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Las nuevas normas de Basilea III amenazan con acabar con el sistema del oro papel

Sede del Banco de Pagos Internacionales (BIS) en Basilea (Suiza)

La polémica enfrenta a la London Bullion Market Association y al Consejo Mundial del Oro, por un lado, y al Banco de Inglaterra, por el otro. El motivo son las normas que establece el Banco de Pagos Internacionales conocidas como Basilea III, en especial las que se refieren al establecimiento de provisiones por parte de las entidades que negocien con contratos de oro.

Basilea III y las normas establecidas en el marco de este acuerdo por el Banco de Pagos Internacionales (BIS, en la imagen, su sede en Basilea, Suiza) han tenido el mismo efecto en el mercado internacional del oro que una piedra arrojada a las aguas de un estanque.

La consulta realizada por el Banco de Inglaterra sobre la implantación de las normas de Basilea III ha recibido una contundente respuesta por parte de dos de los organismos más influyentes en este mercado internacional del oro: la London Bullion Market Association (LBMA) y el Consejo Mundial del Oro (WGC).

En un documento de 58 páginas dirigido por ambas instituciones a la Prudential Regulation Authority del Banco de Inglaterra, la LBMA y el WGC tratan de ejercer presión para la modificación de algunas normas que, a su juicio, perjudicarían al mercado del oro, pero que en realidad amenazan al sistema de compensación y liquidación de metales preciosos, conocido como oro o plata papel, y que se basa en el intercambio de cantidades ‘sin asignar’ de estos metales.

Como explican desde el Gold Anti-Trust Action Committee, un organismo muy crítico con el sistema del oro papel, LBMA y Consejo Mundial del Oro se quejan de que la llamada Ratio de Financiación Estable Neta (NSTR) establecida por Basilea III obliga a los bancos londinenses que comercian con metales preciosos a provisionar el 85% del valor del oro ‘sin asignar’ con el que negocian, lo que, supuestamente, no pueden permitirse.

Según este comunicado de los dos ‘lobbies’ más importantes del mercado internacional del oro, “la actual legislación establece un tratamiento punitivo respecto a la liquidez del oro y otros metales preciosos. Esto se refleja en el establecimiento de provisiones derivadas de la aplicación de la Ratio de Cobertura de Liquidez (LCR, por sus siglas en inglés) y de la Ratio de Financiación Estable Neta (NSFR).

LBMA y WGC se quejan de que “las actuales propuestas en torno a la NSFR fracasan al no tener en cuenta el efecto nocivo que esta regulación tiene sobre el sistema de compensación y liquidación de los metales preciosos, lo que podría causar perjuicios al sistema en su conjunto e incrementar los costes de producción de los metales preciosos”.

Oro sin asignar

La clave está en que los bancos que operan en este sistema de compensación y liquidación lo hacen con metales preciosos ‘sin asignar’. Esto significa que, cuando un cliente firma un contrato respaldado por este oro, el banco reconoce una deuda en oro a favor del cliente. Pero no ‘asigna’ de forma específica ningún lingote de los que posee a la cuenta de ese cliente.

Es más, sigue utilizándolos como reservas y como garantía de otros contratos, de forma que cada lingote puede respaldar a varios contratos distintos, sin que ninguno de los clientes tenga ningún derecho de propiedad sobre ese oro.

Así, si sobreviene una crisis de liquidez y los clientes acuden a solicitar la entrega de su oro, se encontrarán con que no hay oro suficiente para respaldar todos los contratos.

Esto es lo que se trata de evitar con las nuevas normas de Basilea III, que establecen la necesidad de que los bancos provisionen por ese oro sin asignar, para otorgar mayores garantías a los clientes. Y por eso han reaccionado así la LBMA y el Consejo Mundial del Oro, que ven amenazado este modelo de negocio.

Así, en el documento señalan que “estas provisiones obligadas por la NSFR para los activos a corto plazo incrementarán de forma significativa los costes operativos de los bancos que participan en la London Precious Metals Clearing Ltd, [el principal mercado de metales preciosos ‘papel’], hasta el punto de que algunos de ellos se verán obligados a salir del sistema de compensación y liquidación, que podría incluso desplomarse completamente”.

Las críticas a esta protesta de LBMA y Consejo Mundial del Oro han llegado desde varios frentes. Como señalan desde GATA, el trader londinense de metales preciosos Andrew Maguire considera que la protesta es “una sorprendente confesión de debilidad por parte de la LBMA y el WGC”.

Para este trader, la nueva regulación de Basilea III es un ataque directo al mecanismo de contención del precio del oro organizado por los mercados de ‘oro papel’, que podría llevar a una reevaluación al alza del precio del oro.

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