Más de 120 años después de la famosa “fiebre del oro” que condujo a miles de mineros a las orillas del río Yukón, en la región del Klondike (Alaska), las principales compañías mineras mundiales tienen intención de volver a explotar la zona, con los medios tecnológicos más avanzados.
Como ya señalamos en Oroinformación el pasado mes de marzo, varias de las mayores compañías mineras de oro estaban adquiriendo participaciones en explotaciones locales. Solo faltaba que la nueva “fiebre del oro” quedase oficializada con la presencia de la mayor minera de oro del mundo, la canadiense Barrick Gold, lo que se acaba de confirmar.
Según ha comunicado ATAC Resources, Barrick Gold invertirá hasta 63,3 millones de dólares en el desarrollo del Proyecto Orion, que forma parte de la Rackla Gold Property. El acuerdo incluye una inversión inicial de 8,3 millones de dólares y una opción para adquirir el 70% del proyecto, valorado en 55 millones de dólares.
La mina de Rackla, propiedad de ATAC, cuenta con depósitos que podrían rivalizar con los conocidos como “campos de oro” de Nevada.
La noticia del desembarco de un gigante como Barrick Gold en el Yukón se produce después de que Newmont Mining, la segunda compañía en el ránking de mayores extractoras de oro de 2016, anunciara el pasado mes de marzo su intención de invertir 39,5 millones de dólares en la exploración y desarrollo de la mina de Plateau, propiedad de Goldstrike.
El pasado año, la canadiense Goldcorp había confirmado su intención de adquirir la mina de Kaminak por más de 500 millones de dólares. Por su parte, Agnico Eagle, también canadiense y novena en la clasificación de mayores productores de oro de 2016, informó en diciembre pasado de su intención de invertir más de 14,5 millones de dólares en una participación del 20% en White Gold Corp, que posee una de las concesiones más amplias en el Yukón.
Las cuatro compañías que han anunciado su presencia en el Klondike, Barrick, Newmont, Goldcorp y Agnico, extrajeron el pasado año un total conjunto de 14,95 millones de onzas de oro (casi 425 toneladas). Según los analistas, su presencia en el territorio del Yukón va a actuar de imán para que otras compañías más pequeñas se interesen por el territorio, que fue protagonista durante el siglo XIX de una auténtica “fiebre del oro” que el cine y la literatura se encargaron de mitificar.