La desorbitada subida del bitcoin en lo que llevamos de año (más de un 400%) ha hecho replantearse a muchos inversores su postura sobre las criptomonedas e, incluso, lamentar no haber invertido en ellas para recoger ahora sus beneficios.
Sin embargo y a pesar de esta subida que muchos analistas califican como “la burbuja de las criptomonedas”, la rápida apreciación de bitcoin, ethereum y similares no implica que sea un reflejo de su auténtico valor.
Como explica Olivier Garret en Forbes, un sistema monetario basado en la confianza (fiat), donde los bancos centrales pueden imprimir dinero a voluntad tiene muchas debilidades. Por ese motivo es por el que activos como el oro se han vuelto tan populares entre los inversores como auténticos refugios de valor, que proporcionan seguridad y una defensa frente a la devaluación de la moneda.
Sin embargo, es cuestionable que este mismo carácter le pueda ser aplicado a las criptomonedas, como pretenden sus defensores, ya que las monedas virtuales no pueden sustituir al oro como protección del patrimonio.
Seis son las razones que esgrime Olivier Garret para explicarlo:
1.- Las criptomonedas se parecen demasiado al sistema de dinero fiat
Por dinero fiat se entiende una divisa de curso legal que no está respaldada por una commodity física. Desde que los Estados Unidos abandonaron el patrón oro en la década de los 70 del pasado siglo, las principales divisas, incluyendo el dólar, se han convertido en dinero fiat.
Desde entonces, la cantidad de dólares en circulación no ha hecho más que aumentar, de la misma forma que ha aumentado la deuda nacional. En cambio, el poder adquisitivo del dólar ha ido cayendo.
Cuando se puso fin a los acuerdos de Bretton Wood’s en 1971, y los dólares dejaron de poderse cambiar por oro, el precio del oro comenzó a dispararse y el dólar comenzó a perder poder adquisitivo en cuanto se transformó en una moneda fiat.
Las criptomonedas encajan en la definición de dinero fiat ya que, aunque aún no sean de curso legal, no están respaldadas por ninguna commodity física. Y su suministro está limitado de forma artificial, de manera que no se puede comparar con la limitación física del suministro de oro.
Algunos países están valorando la idea de poner en marcha criptomonedas respaldadas por el gobierno, lo que les llevaría un paso más allá hacia la condición de dinero fiat. Rusia, la India y Estonia valoran poner en marcha su propia moneda digital, mientras que Dubai ya ha ido más allá: en diciembre pasado, el reino anunció la firma de un acuerdo para la creación de su propia moneda digital basada en la tecnología blockchain: emCash.
Así que está claro: ¿es posible protegerse frente a un sistema monetario fiat con otro tipo de moneda fiat?
2.- El oro siempre ha tenido y tendrá liquidez inmediata en el mercado
Un activo solo es valioso cuando hay otras personas interesadas en intercambiarlo por bienes, servicios u otros activos. Por ello, el oro es uno de los activos más líquidos que existen. Puede cambiarse por dinero en cualquier momento y su valor es independiente de las fronteras nacionales. El oro es oro en cualquier lugar del mundo y puede cambiarse por cualquier divisa local.
No se puede decir lo mismo de las criptomonedas que, aunque cada vez se admiten en más lugares, su implantación generalizada aún está muy lejos.
Lo que hace que el oro tenga liquidez inmediata es el inmenso tamaño que tiene su mercado. Cuanto más grande es el mercado de un activo, más líquido es éste. Según los datos del Consejo Mundial del Oro, el valor total de todo el oro extraído hasta ahora es de unos 7,8 billones de dólares.
En comparación, el tamaño total del mercado de criptomonedas es de alrededor de 161.000 millones de dólares, una cifra que hay que dividir entre más de 1.170 criptomonedas diferentes. Así que éstas tienen un largo camino que recorrer antes de disfrutar de la misma liquidez que el oro.
3.- La mayoría de las criptomonedas van a desaparecer
Muchos analistas de Wall Street están comparando el auge actual de las criptomonedas con el que tuvieron las empresas tecnológicas a principios de la década de los 90 del pasado siglo. Gran parte de las acciones que se habían disparado con la primera ola de la locura de Internet fueron laminadas tras el estallido de la burbuja de las tecnológicas en el año 2000. Un crash que, a su vez, permitió la supervivencia de compañías de Internet más sostenibles, como Google y Amazon, que han logrado sobrevivir hasta nuestros días.
Según Garret, eso es lo que va a suceder con las criptomonedas: la mayoría de ellas serán eliminadas a la primera corrección seria del mercado. Solo unas pocas van a sobrevivir y, en este momento, nadie sabe cuáles serán.
Además, si los principales países como los Estados Unidos se lanzan a crear sus propias monedas digitales, propiciarán que la competencia de las divisas “privadas” sea declara ilegal. Igual que cuando se declaró la ilegalidad de los billetes de banco privados, después del periodo 1837-1863.
Algunas criptomonedas van a sobrevivir durante años, pero a estas alturas no sabemos cuáles. En el caso del oro no hay necesidad de andarse con adivinanzas.
4.- La falta de seguridad afecta a su efectividad
Uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan la comunidad de las divisas virtuales es la falta de seguridad. Prácticamente todos los meses se producen hackeos de mercados de bitcoins. Y no solo de éstos: hace apenas unos meses, la nueva criptomoneda ether ha sido objetivo de los hackers. El importe robado se elevó a más de 82 millones de dólares.
Pero la mayor parte del botín ha sido en bitcoins: solo un robo que se produjo en 2011 dejó un agujero de nada menos que 3.700 millones de dólares.
Hasta que no se resuelvan las cuestiones relativas a la seguridad, la capacidad de las criptomonedas de convertirse en refugio es más que cuestionable.
En cambio, es muy difícil, con las actuales medidas de seguridad, saquear una cámara acorazada llena de oro, por no hablar, además, de que la mayoría de los depósitos de oro tienen pólizas de seguros que cubren esa posibilidad.
5.- El autobombo y la especulación marcan el paso de las criptomonedas
Desde comienzos de este año, el valor del bitcoin se ha multiplicado por cuatro, una tremenda subida que ha desatado la fiebre de los inversores por las criptomonedas. Pero, según Garret, es se parece más a una burbuja que a otra cosa.
Eso lo piensa también Ray Dalio, gestor de Bridgewater Associates, el mayor hedge fund del mundo. En una entrevista concedida a la CNBC en septiembre pasado, Dalio señaló que el bitcoin “no es un auténtico valor refugio debido a su enorme volatilidad, a diferencia del oro. El mercado del bitcoin es altamente especulativo, es una burbuja”.
La reciente escalada del precio del bitcoin no hace sino confirmar la opinión de Dalio. Con tal nivel de volatilidad, el valor de las criptomonedas como refugio es muy cuestionable. Los inversores las compran con el único objetivo de revenderlas pronto a mayor precio. Y eso es pura especulación, no protección.
6.- Las criptomonedas no tienen la historia del oro como valor refugio
Hace menos de una década que surgieron las criptomonedas, mientras que el oro ha sido un valor refugio durante miles de años. Debido a esta larga historia, tenemos claro que las acciones y los bonos tienen una escasa o negativa correlación con el oro, en especial durante los periodos de recesión económica. Esto lo convierte en el refugio ideal.
En cambio, los pocos datos de que disponemos sobre las criptomonedas no muestran lo mismo. Durante este año, el bitcoin se ha visto arrastrado hacia arriba por la subida de los mercados estadounidenses hasta máximos históricos.
Al mismo tiempo, desde 2010, se han producido 15 bajadas de más del 5% en el índice S & P 500. Y en 10 de esas ocasiones, el bitcoin también ha caído. ¿Cómo puede ser un activo refugio si se comporta exactamente igual que el resto de activos?