A pesar de que las perspectivas de cara a 2021 eran muy positivas para el oro y la plata, lo cierto es que los metales preciosos no terminan de arrancar este año. De hecho, el oro ha perdido un 7% y la plata un 14% en lo que llevamos de 2021. Sin embargo, analistas e inversores siguen confiando en que los metales preciosos protagonicen una importante subida de aquí a finales de año.
Como explica Patrick A. Heller en el blog Numismatic News, existen múltiples razones para esperar que los precios del oro y de la plata se disparen a largo plazo, dejando muy atrás su cotización actual.
Heller enumera varias razones por las que cabe esperar una subida de los metales preciosos de aquí a finales de año:
- El oro y la plata son activos refugio tradicionales que protegen frente al declive y al colapso de las divisas fiat en papel. A lo largo de la historia, la vida media de una divisa fiat antes de que se desplome es de unos 40 años, aunque lo más frecuente, según la experiencia, es que no supere los 25 años.
- Las divisas fiat tienden a perder valor más rápidamente y a quebrar antes cuando los gobiernos incrementan su gasto, que es lo que está sucediendo a escala mundial durante este año 2021.
- Los gobiernos y los bancos centrales prácticamente han abandonado cualquier pretensión de lograr la estabilidad fiscal.
- El valor de otros activos financieros que compiten con el oro, como las acciones y los bonos del tesoro, se está disparando por el suministro masivo de dinero por parte de los gobiernos y bancos centrales, como parte de sus planes para la reactivación de la economía tras la pandemia.
- La entrada en vigor de las nuevas normas de Basilea III, el pasado 1 de julio, debería haber contribuido a minimizar el impacto de la negociación de ‘oro papel’ por parte de los bancos que no tenían suficiente metal físico para respaldar las operaciones, aunque no ha tenido el impacto que se esperaba.
- La situación de la compañía Evergrande, la mayor hipotecaria de China, que debe más de 100.000 millones de dólares a 120 bancos de todo el mundo, podría desencadenar un efecto contagio en las bolsas a nivel global.
“Con las actuales circunstancias financieras globales, tendría sentido que los precios de oro y plata hubieran subido de forma importante en lo que llevamos de 2021. Pero, tras décadas de observar el mercado de los metales preciosos y otros mercados financieros, me he dado cuenta de que lo que ‘debería’ suceder no es lo que necesariamente sucede al final”, señala Heller.
En su opinión, la razón de que lo que dicta el sentido común al final no se traduzca en movimientos en los precios de oro y plata en el mundo real, se debe a que solo un porcentaje muy pequeño de estas operaciones al final terminan con la entrega de los metales físicos. Más del 95% de las operaciones globales con oro y plata se llevan a cabo bajo la forma de contratos en papel.
Incluso los contratos que supuestamente son de metal físico acaban como contratos en papel: el pasado 16 de septiembre, en el COMEX de Nueva York se cerraron 10.838 contratos de futuros de oro. De ellos, en 500 contratos (por un total de 50.000 onzas de oro) se acordó la entrega de metal físico, y el resto, por su equivalente en dinero o en futuras entregas de metal.
Según Patrick A. Heller, este alto porcentaje de contratos de papel en el COMEX denota una importante falta de suministro de metales físicos disponibles en el mercado.
A ello hay que añadir la importante cantidad de contratos de derivados, lo que al final crea la apariencia de que existen mayores reservas de oro y plata de las que realmente existen en forma física.
“Por tanto, los precios se mantienen a un nivel más bajo de lo que estarían si el oro y la plata se negociasen solo en forma física. Está claro que durante lo que llevamos de 2021 se ha registrado una supresión encubierta de los precios de oro y plata para que se mantuvieran por debajo del nivel de finales de 2020. Si al final lo hacen, todo apunta a que se producirá una importante subida durante 2022”, concluye Heller.