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Las refinerías de oro se han desplazado hacia Oriente en los últimos 25 años

Oro fundido en una refinería

El panorama de la industria mundial del oro ha cambiado notablemente en los últimos 25 años: el principal productor global de metal ya no es Sudáfrica, sino China, y el número de refinerías de metales preciosos ha crecido más en los países asiáticos que en el resto del mundo.

Con motivo de la publicación del número 100 de la revista Alchemist, editada por la London Bullion Market Association (LBMA), Grant Angwin, que trabajó para la refinería Johnson Matthey durante más de tres décadas, hace un estudio comparativo de la situación del mercado mundial del oro en 1995, año en que salió el primer número de Alchemist, y 2021.

La principal conclusión del mismo es que, en 1995, la industria del oro estaba dominada por compañías mineras y refinerías situadas en los países occidentales, tomando los Montes Urales como línea de separación entre Occidente y Oriente.

Ambos sectores, el de la producción y el refinado, estaban dominados por un pequeño grupo de compañías y países productores.

Como se puede ver en el gráfico adjunto, en 1995 había un total de 56 refinerías de oro incluidas en la Lista Good Delivery de la LBMA. De ellas, 42 (el 73%) estaban localizadas en países occidentales.

La principal razón de esta mayoría de refinerías en Occidente es que el 62% de la producción mundial de entonces (1.435 toneladas) procedía de países occidentales. A esta cifra se añadían otras 631 toneladas de oro procedentes del reciclaje.

Casi la mitad de esta producción minera estaba acaparada por solo seis países (Sudáfrica, EEUU, Australia, Canadá, China y Rusia), y las refinerías estaban estratégicamente situadas en tres de los cuatro principales productores mundiales.

Los dos grandes gigantes del refinado de oro a mediados de los 90 eran Engelhard y Johnson Matthey, que contaban con siete y seis refinerías, respectivamente. Ninguna de las dos tenía refinerías en Asia y ambas contaban con una en Australia.

La mayor refinería mundial era la Rand Refinery de Sudáfrica, que contaba con la ventaja de disponer de la producción completa del mayor productor mundial de oro, que en 1995 extrajo 554 toneladas de metal.

Apenas dos años y medio después, algunas grandes refinerías se habían visto obligadas a cerrar, mientras que Engelhard y Johnson Matthey adoptaron una estrategia de cierre de instalaciones y desinversiones en el sector del oro.

Brasil

Por otro lado, Brasil, que había sido un prolífico productor de oro, incrementó su producción de metal precioso durante los años 80 y 90, gracias al oro extraído de los depósitos aluviales conocidos como ‘garimpos’. A comienzos de la década de los 80 se había descubierto el mayor de estos ‘garimpos’, Serra Pelada.

Estos yacimientos eran explotados de forma ilegal por mineros y buscadores de oro no profesionales, llamados ‘garimpeiros’, que llegaron a acaparar el 91% de la producción total de oro de Brasil.

Para procesar todo este oro de nueva producción se establecieron en Brasil cinco nuevas refinerías Good Delivery.

Durante la siguiente década, la crisis obligó a las grandes compañías como Johnson Matthey, Engelhard o Degussa a cerrar o vender sus refinerías de oro.

Giro hacia Oriente

Un cuarto de siglo después, se ha registrado un giro de 180 grados tanto en la producción mundial de oro como en la localización de las refinerías.

Como se puede ver en este gráfico, el número de refinerías Good Delivery ha crecido de 59 a 71.

Un crecimiento que procede de Oriente: mientras que en 1995 los países orientales apenas contaban con el 27% de las refinerías de oro Good Delivery, a día de hoy disponen del 62%.

China es el principal responsable de este cambio: en los últimos 25 años, el país ha pasado de tener una a contar con 12 refinerías.

Japón, por su parte, ha añadido otras cuatro a la lista, para un total de 11. Indonesia, Kazajistán, Taiwán, Corea del Sur y la India también han sumado instalaciones.

Como explica Angwin, las únicas dos compañías de refinado de oro globales en el cambio del siglo, Johnson Matthey y Metalor, vendieron sus negocios a compañías japonesas, mientras que la suiza Valcambi fue vendida a un grupo indio. Oriente comienza a mover ficha hacia Occidente.

No solo el refinado; también la producción mundial de oro se ha desplazado hacia Oriente en los últimos 25 años. El Este, incluyendo Australia, acapara ahora cerca de 1.600 toneladas de oro recién extraído, mientras que en 1995 apenas contaba con la mitad de esta cantidad (864 toneladas).

A ello hay que añadir un floreciente mercado global del reciclaje que ha crecido desde las 631 a 1.403 toneladas, con Asia acaparando más del 50% del mercado y Occidente una pequeña porción.

El artículo de Grant Angwin concluye diciendo que “no cabe duda de que el cambio hacia Oriente va a continuar, con el desarrollo de sus mercados, apoyados por sus respectivos gobiernos e impulsados por su insaciable sed de oro, para hacer frente a los países occidentales. China ya cuenta con 12 refinerías y Japón, con 11. Mientras, el segundo mayor consumidor mundial de oro, la India, apenas tiene una. ¿Cuánto tiempo durará esta situación? ¿Asistiremos en la próxima década a la eclosión del subcontinente indio?”.

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