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Las reservas de oro de China, una maniobra estratégica y política

Un mes más, la cantidad de oro que conforma las reservas del Banco Popular de China se ha mantenido inalterada, en 1.842,6 toneladas. Son ya 11 meses los transcurridos desde que el país comunicase un incremento de sus reservas de oro. Sin embargo, los analistas tienen claro que el país está realizando compras periódicas de oro que China oculta a los mercados internacionales.

Cada mes, el Consejo Mundial del Oro publica la estadística con los movimientos que los bancos centrales han realizado en sus reservas de oro durante el mes anterior. La última actualización, el pasado 6 de octubre, no reportó ninguna novedad por lo que se refiere a las reservas de China, que permanecen ancladas en las 1.842,6 toneladas. Una cantidad que los expertos saben que no es real.

En descargo del Consejo Mundial del Oro hay que decir que la lista se elabora a partir de los datos aportados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, a su vez, se nutre de las comunicaciones realizadas por los bancos centrales de los países. El FMI no tiene medios para verificar que las cantidades que le son comunicadas son auténticas, ya que no existe ningún procedimiento de auditoría de las reservas de oro.

Por ello, el hecho de que China lleve 11 meses sin alterar sus reservas no significa que no haya estado comprando oro.

Según el experto británico en el mercado de los metales preciosos, Lawrie Williams, no es casualidad que la última comunicación de China sobre sus reservas de oro se produjera hace 11 meses, justo cuando la divisa china, el yuan o renmibi, fue admitida por el FMI como parte de los llamados Derechos Especiales de Giro (un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI). Esta aceptación era clave para que el yuan se convirtiese en una divisa aceptada en todo el mundo.

“En los 16 meses anteriores a la decisión del FMI de aceptar el yuan, China comunicó mensualmente el incremento de sus reservas de oro, en aras de la transparencia. Desde entonces (creo que de una manera bastante cínica), el país no ha vuelto a comunicar ningún incremento”, subraya Williams en Sharps Pixley.

En opinión de Williams, es poco probable que el yuan desplace al dólar como la principal divisa mundial de reserva, al menos a corto plazo. Sin embargo, China se está moviendo para que el renmibi sea la base de ciertos acuerdos comerciales, en especial como pago de sus ingentes importaciones de petróleo, con el aliciente, además, de que estos pagos en yuan pueden cambiarse por oro negociable en el mercado chino, lo que desplazaría a los “petrodólares” con los que se ha estado pagando el petróleo hasta ahora.

En este sentido, los expertos consideran evidente que, aunque China no esté comunicando el incremento de sus reservas de oro desde hace casi un año, éstas han aumentado considerablemente, ya que tendrá que financiar sus compras de petróleo con este oro.

Desde China justifican esta política de comunicar el incremento de oro en sus reservas a intervalos de varios años a que estas reservas se guardan en una cuenta separada que no se comunica al Fondo Monetario Internacional porque, estrictamente, no forma parte de las reservas en divisas. “Una cuestión semántica”, apunta Williams.

Las estimaciones de diversos analistas sitúan la cifra de reservas de oro chinas en alrededor de 5.000 toneladas o incluso más, y creen que el objetivo del Gobierno chino es incrementar sus reservas por encima de las de Estados Unidos, que actualmente se elevan a 8.133,5 toneladas.

¿De dónde viene ese oro? Según Lawrie Williams, parte procede de su propia producción: China es el mayor productor mundial de oro, así que cuenta con al menos 450 toneladas de oro anuales que puede convertir en reservas sin que aparezcan en los registros de comercio internacional.

A ellas habría que añadir las importaciones conocidas desde otros países, como Suiza, el Reino Unido, Australia, Estados Unidos y Hong Kong. Según los expertos, las importaciones de oro de China superan la cifra de demanda real por parte de sus ciudadanos, así que la diferencia entre ambas cantidades iría a parar al sistema bancario. “Y dado que los bancos comerciales son propiedad del Estado, estas cantidades puede considerarse como parte de las reservas de oro nacionales”, señala Williams.

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