El sector de la minería de oro canadiense tendrá que volcarse en la adopción de energías renovables aplicadas a la extracción para controlar los costes y así mantener su competitividad en un entorno de volatilidad de los precios del oro. Ésta es la principal conclusión del informe realizado por BMI Research, en el que se expone que el hecho de que las reservas de mineral de oro sean cada vez más escasas va a disparar los costes de extracción, lo que obligará a las compañías mineras a buscar nuevas fórmulas de mejorar su competitividad.
Una tendencia que, según dicho informe, se va a ver acelerada también por el endurecimiento de la regulación medioambiental. Canadá, por ejemplo, acaba de aprobar un nuevo impuesto sobre el carbón (por primera vez), de 10 dólares canadienses por tonelada.
Por tanto, la alternativa más obvia, según los analistas, es que las compañías comiencen a adoptar las energías renovables alternativas al diésel o el carbón como combustibles para la maquinaria de las explotaciones mineras. Una decisión que, además, contaría con el apoyo del Gobierno Federal, que ha puesto en marcha diferentes planes para incentivar económicamente el cambio y políticas para favorecer la adopción de estas decisiones por parte de las compañías.
Según el informe, la sustitución de fuentes energéticas como el diésel, el carbón, el propano o el gas natural por energías alternativas y renovables ayudaría a las mineras a reducir de manera significativa sus costes operativos. Además de este ahorro, la adopción de energías “limpias” constituiría también una fórmula eficiente de reducir o eliminar todos los gases de efecto invernadero asociados con el movimiento del mineral y de los residuos.
Minas “limpias”
Algunas compañías ya están tomando medidas en este sentido. De hecho, el informe de BMI Research señala que Goldcorp ya ha puesto en marcha planes para transformar la mina de Borden (en Ontario, Canadá) en la primera mina “limpia”. Para ello, la compañía se ha asociado con Sandvik Mining y MacLean Engineering, que van a dotar al yacimiento de Goldcorp de vehículos subterráneos alimentados por batería eléctrica (ver imagen).
Según informa la propia compañía, esto eliminará todos los gases de efecto invernadero provocados por las operaciones de traslado del mineral, emisiones que representan unas 5.000 toneladas anuales de CO2,casi la mitad del total de gases emitidos por la mina.
Además, la disminución de las emisiones traerá consigo una reducción de alrededor del 50% en las necesidades de ventilación subterránea, con la consiguiente disminución en el uso de combustible diésel en los equipos de ventilación.
Según datos de Goldcorp, el 15% de los costes operativos provienen del consumo de electricidad, diésel, propano y gas natural, “por lo que dirigir los esfuerzos de innovación hacia el ahorro de costes tiene una lógica comercial evidente, aunque sea necesario un mayor coste de capital inicial”, como argumenta el vicepresidente ejecutivo de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Goldcorp, Brent Bergeron.
Desde la compañía calculan que la adopción de energías limpias se puede evitar la emisión de más de 7.500 toneladas anuales de CO2, además de ahorrar tres millones de litros de combustible diésel, un millón de litros de propano y 35.000 megavatios/hora.
Otros operadores como Barrick Gold también se están planteando la adopción de energías renovables como alternativa al combustible diésel. Según esta compañía, el 15% de la energía eléctrica utilizada en sus explotaciones en 2015 procedía ya de fuentes de energía renovables, y están trabajando para aumentar esta proporción.