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Los alemanes invirtieron casi 7.000 millones de euros en oro el último año

Los ciudadanos alemanes han confiado en el oro para hacer frente a la crisis, haciendo valer su experiencia y su memoria histórica de las sucesivas crisis y devaluaciones de moneda que ha sufrido el país en los dos últimos siglos.

En el número de diciembre de la revista Gold Investor, editada por el Consejo Mundial del Oro, el director de Investigación de este organismo, Alistair Hewitt firma un artículo titulado “Un mercado transformado”.

Hewitt explica que el mercado de inversiones alemán ha experimentado una importante transformación en la última década. Antes de 2008 tenía unas dimensiones modestas, promediando 17 toneladas entre 1995 y 2007. Los ETF simplemente no existían antes de 2007.

A partir de 2009, el mercado de inversión en oro de Alemania se convirtió en uno de los más importantes del mundo: la demanda de lingotes y monedas se multiplicó por cuatro, de 36 toneladas en 2007 a 134 en 2009.

Desde entonces, las cifras se han disparado: en 2016, la inversión en oro alcanzó los 6.800 millones de dólares, y la demanda de lingotes y monedas supera las 100 toneladas anuales.

La caída de Lehman Brothers constituyó una señal de alarma para la banca, que hizo recordar a los ciudadanos alemanes situaciones vividas con anterioridad en el curso de su historia, como la hiperinflación sufrida durante la República de Weimar, en la década de los 20 del siglo pasado.

No en vano, el país ha contado con ocho divisas diferentes durante los últimos 100 años, por lo que la confianza de los ciudadanos en el dinero fiat es más bien escasa. No es extraño que, dadas las circunstancias, éstos acudieran en masa al oro como valor refugio con el que proteger su patrimonio.

Recientes encuestas realizadas entre inversores alemanes revelan que el 60% opina que el oro nunca pierde su valor a largo plazo, y que el 42% confía más en el metal que en las divisas nacionales.

De hecho, la inversión per cápita en oro de los alemanes superó en 2016 a la de los ciudadanos de los dos principales consumidores mundiales de oro: China y la India.

En cuanto a las previsiones de futuro, Hewitt explica que, a pesar de la mejora de la economía alemana (con un desempleo del 5,6% en agosto pasado, el más bajo desde la reunificación, un crecimiento medio de los salarios del 4,4% y la confianza de los consumidores en su situación financiera en máximos históricos), aún existe potencial de crecimiento de la demanda de oro en el país.

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