Las conclusiones de la última de las encuestas periódicas entre analistas que siguen el mercado del oro revelan que la mayoría de ellos apuesta por que el metal precioso mantendrá su precio en un nivel alto durante el segundo trimestre del año, impulsado por el temor de los inversores a la guerra en Ucrania y por la subida de la inflación.
Según la última encuesta entre analistas realizada por Reuters, cuyos resultados se han publicado el 3 de mayo, la mayoría de ellos coincide en que el precio del oro se va a mantener firme durante el segundo trimestre de 2022, ya que los inversores buscan refugio ante la subida de la inflación y los riesgos derivados de la guerra en Ucrania.
En cambio, hacia finales de año esperan una bajada del precio, debido al impacto provocado por la progresiva subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense.
El oro está considerado tradicionalmente como un activo refugio al que recurrir en tiempos de incertidumbre en la economía. Sin embargo, cuando suben los tipos de interés, su atractivo es menor que el de otros activos como los bonos, ya que no ofrece rendimientos vinculados a éstos.
Además, en esta ocasión la relación entre ambos activos se complica, ante el temor de que el agresivo ritmo de subidas de los tipos de interés por parte de la Fed para combatir la inflación pudiera afectar al crecimiento económico global, en cuyo caso el oro se vería beneficiado.
En concreto, la última encuesta realizada por Reuters entre 31 analistas y traders a lo largo del mes de abril arroja un precio medio estimado para el trimestre abril-junio de 1.920 dólares la onza.
El resultado de la misma encuesta realizada en enero estimaba un precio medio de 1.770 dólares la onza para el primer trimestre, mientras que para el segundo establecía un precio medio de 1.930 dólares.
De cara al tercer trimestre, las previsiones de analistas y traders apuntaban a los 1.875 dólares la onza, mientras que para el conjunto de 2022 la media estimada era de 1.890,65, y para 2023, de 1.762,50 dólares.
En la anterior encuesta, el precio medio para este año completo era de 1.775,50, mientras que para el año que viene era de 1.653 dólares la onza.
En opinión de Suki Cooper, analista de Standard Chartered, “la prima por el riesgo geopolítico va a mantener el precio del oro en un nivel elevado a corto plazo. A más largo plazo, esperamos que se reestablezca como factor principal la relación con los rendimientos de los bonos, por lo que es probable que el precio del metal sea algo más bajo, aunque partiendo de niveles elevados”.
El precio del oro subió por encima de los 2.000 dólares la onza a comienzos del pasado mes de marzo, después de que se produjera la invasión de Ucrania por parte de Rusia, aunque desde entonces ha vuelto a caer hasta los 1.850 dólares.
El flujo de capitales hacia el dólar, considerado como otro activo refugio, también ha reducido el atractivo del oro para los inversores que manejan otras divisas.
Para Frank Schallenberger, de LBBW, “la fortaleza del dólar no es una buena noticia para el oro y las múltiples subidas de los tipos de interés que están en la agenda estadounidense son aún peores”.
Respecto a la plata, la previsión de precio medio del metal para este año es de 24 dólares la onza, que se reducirá hasta 22,50 dólares para 2023, en comparación con los 22,96 y 21,80 dólares la onza de la anterior encuesta.
La plata es un activo refugio a la vez que una importante materia prima con múltiples usos en las industrias de paneles solares, automóviles y electrónica.
Para Carsten Menke, analista de Julius Baer, “la demanda de plata por parte de la industria es aún bastante lenta en nuestra opinión, ya que este metal es uno de los pocos cuya demanda no ha crecido durante la última década. Creemos que la demanda de inversión sigue siendo el factor principal que influye en el precio de la plata”.