El factor determinante para que el oro se haya convertido en el activo más rentable de 2020, con una revalorización superior al 20%, ha sido la pandemia de Covid-19. A pesar del anuncio del descubrimiento de varias vacunas, analistas de varias organizaciones apuestan por que el ‘rally’ no ha concluido aún y que el oro seguirá subiendo en 2021.
Según explican desde Financial Times, aunque antes de que el coronavirus trastocase nuestras vidas, las condiciones del mercado ya eran favorables a la inversión en oro. “Sin embargo, el Covid-19 –y todo lo que ha traído consigo– ha tenido el efecto de sobrealimentar la revalorización global del metal precioso. Desde que alcanzara su máximo de 2.075 dólares la onza a principios de agosto y luego volviera a bajar, no ha decaído la especulación sobre hasta dónde puede llegar”, señala el diario económico.
Como principales factores de esta actuación, desde FT citan el desplome de los tipos de interés en muchas regiones y la adopción de programas de estímulo económico sin precedentes por parte de gobiernos y bancos centrales, que han disparado la preocupación sobre una posible subida de la inflación. A ello hay que añadir la incertidumbre causada por la pandemia de Covid-19, para crear un cóctel que beneficia al oro como depósito de valor.
Todo apunta a que muchos de estos factores van a seguir vigentes aún durante bastante tiempo. Según Mike Osterholm, director del Centro de Investigación y Políticas sobre Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, “la idea de que esta pandemia va a remitir pronto desafía las leyes de la microbiología”.
Situaciones como la provocada por esta pandemia hacen mucho más atractivo a un activo refugio como el oro. En opinión de Joni Teves, analista del banco de inversión UBS, “el oro se está volviendo más atractivo en este entorno donde la incertidumbre es muy alta, el crecimiento se va a debilitar y, al mismo tiempo, los tipos de interés son negativos, lo que hace que el oro sea más atractivo como elemento diversificador de la cartera de inversión”.
Cada vez más gestores de carteras se están acercando al oro para gestionar los riesgos derivados de la pandemia, lo que hace pensar que los metales preciosos aún tienen un importante recorrido.
Desde Pacific Investment Management Company (Pimco), compañía de inversión que gestiona 1,9 billones de dólares en activos y que hasta ahora no contaba con el oro entre sus inversiones preferidas, señalan que “necesitamos contar con elementos de diversificación en nuestra cartera de inversión y buscar un activo refugio más allá de los bonos del tesoro. Teniendo en cuenta nuestras previsiones de que los tipos de interés van a seguir estando bajos durante los próximos años, arrastrando consigo los niveles de rendimientos reales, el oro se presenta como un elemento diversificador muy apropiado”.
El factor de la caída de los tipos de interés ha sido determinante para que cada vez más inversores se acerquen al oro. Como señala el director de Investigación de Mercados del Consejo Mundial del Oro, Juan Carlos Artigas, “la idea de que el oro soporta un coste de oportunidad por su falta de rendimientos no se aplica cuando los tipos de interés de los bonos están tan bajos”.
El futuro del oro
Respecto a su trayectoria futura, los analistas coinciden en que dependerá del ritmo de recuperación de la economía global.
Desde RWC Partners, su gestor de carteras Charles Crowson espera que un escenario de deflación seguida de inflación durante los próximos cinco años, ante el que el oro está muy bien colocado para mitigar los riesgos: “el oro puede reaccionar muy bien en un entorno deflacionario, y lo ha hecho muy bien recientemente, pero también puede revalorizarse en la transición de un periodo deflacionario a uno inflacionario”.
Los principales bancos de inversión mundiales son optimistas respecto a la evolución futura del oro. Bank of America señaló en agosto pasado que espera que el precio del oro alcance los 3.000 dólares la onza en 2022, debido a la persistencia de los tipos de interés negativos, las presiones inflacionarias y la debilidad del dólar estadounidense.
Debido a esta corriente de opinión, el banco privado suizo Lombard Odier ha adaptado su cartera de productos para ofrecer oro a sus clientes. Según su responsable de inversiones, Stéphane Monier, la evolución de oro depende de que la demanda financiera tome el relevo del consumo físico: “si persiste, como esperamos, este entorno de tipos de interés bajos e incluso negativos, en línea con el estancamiento del crecimiento económico global provocado por la pandemia, es probable que la demanda financiera supere a la cada vez más débil demanda de consumo del oro”.
Por su parte, James Steel, analista jefe de metales preciosos de HSBC, espera que el oro siga con buenos fundamentos durante 2021, debido a que “se ha percibido la necesidad de un activo refugio incluso en el caso de que se produzca una recuperación de la economía”.
El factor de las elecciones en EEU
A ello hay que añadir la influencia que ha ejercido en el oro la celebración de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. La incertidumbre en cuanto a su resultado definitivo sigue beneficiando al oro.
Según Peter Grosskopf, CEO de Sprott, el oro podría salir beneficiado si se confirma una victoria de los demócratas, ya que se espera que Joe Biden suba los impuestos y aumente el gasto: “las acciones serán menos atractivas y el déficit seguirá creciendo. Y el oro se presenta como la mejor protección frente a ello”.