La epidemia de coronavirus está siendo el catalizador que le hacía falta al mercado del oro para dar el salto definitivo por encima de los 1.600 dólares la onza y encarar firmemente el camino hacia los 1.700 y, probablemente, más allá.
Las perspectivas de futuro del mercado del oro son optimistas, ya que el metal precioso se convierte en un activo refugio al que recurren los inversores en momentos de incertidumbre.
Desde Oroinformación hemos recopilado para nuestros lectores los análisis más recientes realizados por expertos en el mercado de los metales preciosos de diversas consultoras, gestoras de fondos y bancos de inversión.
Todos ellos coinciden en que la tendencia alcista del oro se va a mantener e, incluso, podría conducirle a superar sus registros históricos.
Metals Focus
Así, en su último informe Precious Metals Weekly, la consultora británica Metals Focus recuerda que, aunque el brote de coronavirus comenzó a mediados de enero, su impacto en el precio del oro no fue inmediato. De hecho, hasta el 18 de febrero no se superó la barrera de los 1.600 dólares la onza.
A partir de ahí, las advertencias de grandes compañías como Apple sobre los efectos en sus cuentas del corte en la cadena de suministros procedentes de China, provocaron la huida de los inversores hacia activos refugio como el oro.
En opinión de los analistas de Metals Focus, todo dependen de lo que suceda a partir de ahora con la epidemia: si continúa extendiéndose, el oro seguirá atrayendo inversores; si comienza a remitir, es posible que éstos aprovechen para recoger beneficios, lo que provocaría una corrección en el precio.
Sprott
Por su parte, Peter Grosskopf, CEO de Sprott Inc (gestora de inversiones en metales preciosos con sede en Toronto, Canadá), afirma que “el coronavirus ha supuesto un shock para la economía. Es la gota que ha colmado el vaso. Las economías ya estaban arrastrando los pies tanto en Europa como en China, y esto ha acabado de ponerlas al límite”.
En su opinión, “las previsiones apuntan a que el oro podría alcanzar fácilmente los 1.800-2.000 dólares la onza. El sentimiento de los inversores hacia el metal precioso es ahora mismo muy fuerte. Y cuando esto ocurre, existe la posibilidad de que se produzca una pequeña corrección a corto plazo, pero nada más. Estoy convencido de que las previsiones apuntan a un precio de 2.000 dólares la onza e incluso más”.
Invesco
Kristina Hooper, responsable de estrategia de inversiones de Invesco (gestora de inversiones con sede en Atlanta, EEUU), asegura que el precio del oro podría ascender hasta los 1.800 dólares la onza en el segundo trimestre del año si los rendimientos de los bonos continúan bajando.
Pese a ello, desde la compañía mantienen la previsión anual en el entorno de los 1.600 dólares la onza, ya que buena parte del dinero que se está invirtiendo en oro “procede del pánico de los inversores, y eso no suele durar mucho”.
UBS
Desde el banco suizo UBS, su estratega Joni Treves asegura que el precio del oro va a seguir viéndose impulsado por múltiples factores durante el primer semestre de 2020 y podría alcanzar los 1.700 dólares la onza.
Dicho esto, Treves también alerta de la vulnerabilidad del mercado ante una posible corrección, debido a la cantidad de especuladores que están interviniendo, por lo que fija como precio objetivo a tres meses los 1.650 dólares la onza, revisando al alza la anterior previsión de 1.550 dólares.
Un recrudecimiento de la epidemia de coronavirus o un posible recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal en su reunión del próximo mes de abril podría disparar el precio por encima de los 1.700 dólares la onza.
Commerzbank
Según Daniel Briesemann, analista de Commerzbank, la subida de comienzos de semana, provocada por las noticias sobre la extensión de la epidemia, llevó al oro a su máximo en siete años, los 1.687,90 dólares la onza.
Desde entonces, ha caído casi 60 dólares, en una corrección esperada y motivada, entre otros factores, por la realización de los primeros ensayos clínicos con una posible vacuna para el coronavirus, por parte de una empresa estadounidense.
Los bancos centrales, a la espera
La reacción por parte de los bancos centrales está siendo más bien prudente. Desde le Reserva Federal estadounidense, su vicepresidente, Richard Clarida, asegura que este organismo está monitorizando el posible impacto de la epidemia en la economía de los Estados Unidos, “aunque es demasiado pronto para especular sobre las dimensiones o persistencia de estos efectos o si provocarán cambios significativos en nuestro enfoque”.
Clarida reconoció que los daños que la epidemia ha causado a la economía china podrían extenderse a las de otros países. Sin embargo, en su primera reunión del año, la Fed decidió mantener los tipos de interés y pretende seguir así, si no se registran cambios importantes en el estado de la economía de EEUU.
Y en Europa, François Villeroy de Galhau, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, ha asegurado que no hay necesidad, de momento, de cambiar la política monetaria de la institución por la epidemia de coronavirus, que tendrá, en su opinión “consecuencias negativas, pero solo temporales para la economía”.