El pasado año fue el mejor en cuanto a las compras netas de oro por parte del sector oficial desde el colapso de los Acuerdos de Bretton Woods, en 1971. Los bancos centrales aumentaron sus reservas en 657 toneladas, un 74% más que el año anterior. Y los primeros meses de 2019 han confirmado esta tendencia.
El informe Gold Focus 2018, elaborado por la consultora británica Metals Focus, revela que pasado fue un año excelente para el sector oficial, que se mostró más activo que en las últimas cuatro décadas en lo que se refiere a compras de oro para sus reservas.
Estas compras fueron un 74% superiores a las de 2017, totalizando 657 toneladas netas (es decir, descontando las ventas).
A título comparativo, durante 2017 tan solo tres países (Rusia, Turquía y Kazajistán) habían realizado compras superiores a las 10 toneladas. En cambio, durante 2018 más de una decena de países superaron esta cifra.
En este grupo de incluyen también algunos bancos centrales que llevaban más de 10 años sin acudir al mercado. Entre estos bancos centrales se encuentran algunos muy significativos, como son los de China (primer productor y consumidor mundial de oro), la India (segundo mayor consumidor mundial) y Azerbaiyán.

También resulta destacable, desde el punto de vista de los analistas de Metals Focus, el hecho de que la Unión Europea haya sido una compradora neta de oro durante 2018, gracias a las operaciones protagonizadas por los bancos centrales de Polonia y Hungría.
Aunque el volumen de reservas de estos países sea muy reducido en comparación con los de Alemania (3.370 Tm), Italia (2.452 Tm) o Francia (2.436 Tm), resulta un cambio muy significativo que Polonia y Hungría hayan comprado oro durante el pasado año, ya que la Unión Europea ha sido históricamente un vendedor neto de oro, tras la firma del Acuerdo de los Bancos Centrales sobre el Oro (CBGA, por sus siglas en inglés), en el año 1999, que establecía una acción coordinada para la venta de parte de sus reservas de oro, para evitar que distorsionaran el mercado.
Entre los factores que apuntan desde el informe Gold Focus para explicar este aumento de las compras por parte de los bancos centrales en 2018 están su deseo de diversificar sus reservas con activos diferentes al dólar, especialmente en estos momentos de tensión geopolítica; la pérdida de confianza en divisas alternativas como el euro o el yen, debido a la las políticas monetarias de sus respectivos bancos centrales; la mayor confianza en el oro como valor refugio, tras su consistente evolución durante 2017; y la bajada de precio del metal en la segunda mitad de 2018, que ha animado a muchos bancos centrales a invertir.
Compras
La cifra bruta de compras (es decir, sin restar las ventas registradas durante el año) en 2018 fue de 762 toneladas de oro, un 69% superior a la del año anterior y la cifra más alta de la última década.
El mayor comprador fue Rusia, con 274 toneladas, en su mayoría procedentes de la industria minera local. Entre 2014 y finales de 2018, el país ha multiplicado por más de dos sus reservas, a raíz del incremento de la tensión con Occidente desde 2014.
La cifra a finales del año pasado ascendía a 2.113 toneladas de oro, que representa el 19% de sus reservas en divisas, frente al 8% que suponía a finales de 2013.
Otros países de Aisa Central han realizado importantes compras, también procedentes en su mayoría de la producción minera propia: Kazajistán (49 Tm), Uzbekistán (19 Tm), Mongolia (14 Tm), Tayikistán (6 Tm) y Kirguistán (4 Tm).
En cambio, Azerbaiyán ha acudido al mercado internacional por medio de su fondo soberano (SOFAZ), que adquirió 21 toneladas en el mercado londinense durante 2018.
Por su parte, la India compró 42 toneladas de oro en 2018, su primera compra importante desde que en 2009 adquiriera 200 toneladas al Fondo Monetario Internacional. Estas 42 toneladas se adquirieron progresivamente, en pequeñas partes y, según el Banco de la Reserva de la India, su principal motivación fue el deseo de diversificar sus reservas y gestionar el riesgo.
Polonia añadió 26 toneladas de oro a sus reservas, elevándolas en un 25%, mientras que Hungría las multiplicó por 10, hasta 32 toneladas, elevando el porcentaje sobre sus reservas totales desde el 0,5 hasta el 4%.
China compró 10 toneladas de oro en diciembre y continuó con pequeñas compras durante los primeros meses de 2019. Se trata de un hecho importante, ya que es la primera operación que ha comunicado el país desde octubre de 2016. Según el informe, la guerra comercial con Estados Unidos puede estar detrás de esta decisión estratégica, que buscaría reducir su exposición al dólar.
Ventas
Las ventas brutas se elevaron a 105 toneladas en 2018, un 44% más que el año anterior. Una buena parte de las mismas tuvo como protagonistas a países que en realidad fueron compradores netos en el año, como Turquía y Uzbekistán.
Según señala el informe de Metals Focus, estas ventas periódicas pueden deberse a la gestión táctica de las inversiones o actividades de swap a corto plazo que determinados países comunican al Fondo Monetario Internacional como si se tratase de ventas.
Alemania ha sido el único país del Acuerdo de Bancos Centrales sobre el Oro que ha reducido sus reservas, liberando cuatro toneladas para su programa de acuñación de monedas conmemorativas.
En el caso de Venezuela, desde Metals Focus recuerdan que el país firmó una serie de swaps con distintos bancos occidentales entre 2015 y 2017 y que en octubre de 2017 dejó expirar uno de ellos, por un valor de 1.700 millones de dólares, que supuso la pérdida de 45 toneladas de oro de sus reservas.
El informe sostiene que, dado el deterioro de su deuda soberana, Venezuela ha debido dejar expirar algún otro swap durante 2018.
Previsiones para 2019
Los analistas de Metals Focus estiman que las compras netas de los bancos centrales durante 2019 van a seguir siendo altas, por encima de las 600 toneladas anuales. Unas previsiones que se basan en factores como que diversos países que aumentaron sus reservas durante 2018 lo han seguido haciendo a buen ritmo en lo que llevamos de 2019.
Además, “el deseo de diversificar las reservas va a justificar una mayor exposición al oro, especialmente en aquellos países que cuentan con una proporción relativamente baja de metal en sus reservas”, añade el informe.
Otros factores que van a determinar que los bancos centrales sigan comprando oro durante 2019 van a ser los riesgos geopolíticos imperantes y la mejora del escenario macroeconómico hacia finales de año.