El Gobierno de Colombia quiere acabar con la minería ilegal, impidiendo la venta del oro extraído fuera del circuito oficial. Menos de la quinta parte de la producción anual de oro de Colombia es “legal”.
Según publica Market Slant, desde el Gobierno colombiano se quiere controlar la extracción ilegal del oro y su venta a los mercados internacionales, tomando medidas similares a las que se han adoptado en el caso de la industria del diamante.
En palabras del ministro de Minas y Energía de Colombia, Germán Arce, “los compradores de oro tienen que ser responsables de asegurarse de la procedencia del oro que adquieren. Nuestra principal preocupación es que parte de este oro extraído de forma ilegal ha llegado hasta las cámaras acorazadas de algunos bancos centrales”.
La producción anual “oficial” de oro de Colombia asciende a 60 toneladas, parte de la cual se encuentra bajo el control de bandas armadas. Pero se calcula que la producción total, incluyendo el oro que se extrae y circula sin control, podría elevarse hasta las 300 toneladas.
Esta minería ilegal incluye desde operaciones a gran escala hasta mineros que trabajan de forma individual en arroyos y pagan un porcentaje a las mafias locales. Este oro ha ayudado a financiar a los grupos terroristas durante los últimos 50 años, además de contaminar muchos ríos con mercurio y agravar la deforestación.
En el caso de la industria del diamante, iniciativas como la llamada Kimberley Process, puesta en marcha en 2000, se han asegurado de que el dinero obtenido por la venta de diamantes no se utilice para la financiación de movimientos rebeldes. A ella se han unido un total de 81 países, entre los que se encuentran los Estados Unidos, los miembros de la Unión Europea, Rusia, China y Sudáfrica.
La idea de Colombia, que ha planteado en diversas reuniones organizadas por la ONU y la OCDE, es poner en marcha un movimiento de cooperación internacional destinado a supervisar el comercio del oro.
Desde la Oficina del Fiscal General de Colombia han denunciado que las exportaciones de oro se utilizan para blanquear los fondos obtenidos en el tráfico de drogas. En 2015, por ejemplo, se detuvo a los principales ejecutivos de una compañía de negociación de oro radicada en Medellín y llamada CI Goldex, que en realidad era la tapadera de una red que había blanqueado más de 970 millones de dólares, la mayor cantidad de la historia en Colombia.
Las refinerías de oro cuentan con certificaciones de buenas prácticas que conceden organizaciones como la London Bullion Market Association y el Responsible Jewelery Council. Pero a pesar de ello, se sigue comprando más oro colombiano del que oficialmente produce el país.