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Los bancos centrales prefieren tener sus reservas de oro en su propio país

Lingotes de oro del Banco Central de Holanda

Hace tiempo que se abrió el debate sobre la conveniencia de que los bancos centrales mantuvieran la totalidad o, al menos, la mitad de sus reservas de oro en su propio territorio, ante la posibilidad de que surgieran complicaciones que impidieran su repatriación en caso de necesidad. El conflicto entre Venezuela y el Reino Unido ha vuelto a poner de actualidad este debate.

Como explican desde el medio financiero australiano Small Caps, el principal ejemplo que citan los partidarios de mantener las reservas de oro en el propio territorio del país es China.

El Banco Popular de China, que es el banco central del país, tiene una cifra oficial de 1.948,3 toneladas de oro, a fecha 31 de mayo de 2020. Aunque muchos analistas sospechan que la cifra real es mucho mayor (se habla de 5.000 toneladas o incluso más). Lo que sí es una realidad es que la totalidad de esas reservas de oro se encuentran custodiadas dentro del territorio de China.

El lugar exacto donde se guardan las reservas de oro del país es desconocido, aunque se especula con dos posibles ubicaciones: las cámaras acorazadas del Banco Popular de China, en Pekín, o algún lugar desconocido y controlado por el Ejército de Liberación Popular. Posiblemente se repartan entre ambas ubicaciones.

Y es que, en la actualidad, es un riesgo mantener las reservas de oro de un país custodiadas fuera de sus fronteras. La reciente decisión del Tribunal Supremo del Reino Unido de otorgar la titularidad de alrededor de 1.000 millones de dólares en oro venezolano depositado en el Banco de Inglaterra, al opositor Juan Guaidó, en vez de al Gobierno de Nicolás Maduro, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la repatriación de las reservas de oro.

Se trata de un asunto que afecta especialmente al Banco de Inglaterra, ya que es la segunda entidad mundial que más oro custodia, tras la Reserva Federal de Nueva York, y en sus cámaras acorazadas se halla oro propiedad de numerosos bancos centrales.

Uno de ellos es Australia: el Banco de Inglaterra custodia el 99% de las 80 toneladas de oro propiedad del Banco de la Reserva de Australia. El motivo que impulsa a los países a confiar su oro a Inglaterra es la facilidad que tienen para mover el metal desde allí, ya que Londres es uno de los principales centros mundiales de comercio de oro.

Así, si un país quiere obtener una rentabilidad de sus reservas de oro, solo tiene que dar la orden al Banco de Inglaterra de que lo ponga en el mercado, lo que se puede hacer muy fácilmente al estar ubicado físicamente en Londres.

Sin embargo, cada vez más países desconfían de este sistema de custodia y cuestiones como la del oro venezolano no contribuyen precisamente a tranquilizar a los depositantes.

De hecho, en los últimos años se ha multiplicado el número de bancos centrales que han repatriado la mayor parte o incluso la totalidad del oro que tenían custodiado fuera de sus fronteras.

Repatriación de reservas

No se trata de la inquietud causada por la proximidad de una guerra que implique el riesgo de que el oro sea confiscado, como sucedió en Francia y otros países europeos en 1939, que enviaron sus reservas de oro a Estados Unidos para ponerlas a salvo ante el avance de la Alemania nazi.

Más bien, la amenaza actual tiene que ver con la fragilidad del sistema financiero global y la posibilidad de que entre en crisis.

Uno de los ejemplos más importantes de estos programas de repatriación de reservas de oro es el que llevó a cabo el Bundesbank alemán entre los años 2012 y 2017, trasladando el oro que estaba depositado en París y Nueva York a las cámaras acorazadas de Fráncfort.

Este proceso, cuyo desarrollo seguimos con atención en este periódico, concluyó en 2017 con la repatriación de aproximadamente 31.000 millones de dólares en oro desde Londres, Nueva York y París. El último cargamento, 91 toneladas de lingotes de oro procedentes de las cámaras del Banco de Francia, llegó a Fráncfort en 2017 y supuso que el 50,6% de las reservas de oro alemanas, es decir, más de la mitad, ya estaban en territorio teutón.

Según los portavoces del Bundesbank, la decisión de repatriar el oro buscaba “aumentar la confianza del público”, un eufemismo tras el que se escondía la reacción del banco central a una intensa campaña popular que exigía una auditoría completa del oro alemán depositado fuera de sus fronteras.

Traslado de las reservas de oro del Banco Central de Polonia

Otros países han imitado el ejemplo de Alemania y han decidido recuperar el oro que tenían depositado en otros países, especialmente en Inglaterra. Es el caso de Polonia, que repatrió 100 toneladas de oro desde Londres, en una espectacular operación secreta que luego se divulgó, y que ha supuesto que el país cuenta ya con la mitad de las reservas de oro en su propio territorio.

Austria, Rumanía y otros países de Europa central han llevado a cabo repatriaciones de oro o se lo han planteado seriamente.

Por su parte, el Nederlandsche Bank, banco central de Holanda, publicó en octubre de 2019 un informe en su página web que resulta especialmente llamativo, por los comentarios que incluía: “el oro es la hucha perfecta, es el ancla de confianza para el sistema financiero. Si el sistema colapsa, las reservas de oro pueden servir de base para reconstruirlo. El oro aumenta la confianza en la estabilidad del balance del banco central y transmite una sensación de seguridad”.

Como señalan desde Small Caps, la expresión “si el sistema colapsa” no es algo que se oiga muy habitualmente en los análisis de los bancos centrales. Por ello y haciendo honor a esas precauciones, el banco holandés está construyendo unas nuevas instalaciones para albergar sus reservas de oro, en el interior de la base militar de Zeist.

A estas instalaciones irá a parar parte de las reservas de oro del país, que se elevan a 612 toneladas y que actualmente están repartidas entre la sede del banco en Ámsterdam (31%), las cámaras acorazadas de la Reserva Federal de Nueva York (31%) y los bancos centrales de Inglaterra y Canadá (38%).

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