Un bullion o moneda de inversión es una pieza acuñada en metales preciosos que desde finales de los años 1960, con la aparición del Krugerrand sudafricano, marcó una nueva opción de adquirir oro, plata, platino o paladio físicos en un formato diferente al de los lingotes realizados hace miles de años.
Disponibles en varios pesos como fracciones de una onza troy (la unidad de peso tradicional utilizada para metales preciosos equivalente a 31,10 gramos), los bullion se venden por una pequeña prima sobre el precio Spot o Fixing debido a los costos de producción. Pero también hay tendencias en juego y eventos impredecibles que pueden aumentar aún más el valor de ciertas monedas de edición limitada.
Las monedas de inversión están disponibles en oro, plata, platino y paladio, si bien son los dos primeros metales los que se acuñan y venden mayoritariamente. El oro es conocido por mantener su valor en tiempos de incertidumbre económica, mientras que tiende a haber una mayor inestabilidad en el precio de la plata, quizás haciéndolo más asequible para el inversor con menor poder adquisitivo o mayor visión a muy largo plazo.
Pero además de destinar los bullion como productor dedicados a la inversión, ese tipo de monedas se venden como regalos y también son muy populares entre los entusiastas que las coleccionan en todas sus diversas emisiones, que demuestran ser especialmente atractivas. Como ejemplo, en 2012 The Royal Mint cambió los niveles de pureza de su Britannia de plata que pasó a tener un fino de .999 milésimas, cuando hasta esa fecha su fino era de .958 milésimas, lo que aumentó su demanda entre los coleccionistas. De la misma manera que coincidiendo con eventos o ferias internacionales, como la World Money Fair de Berlín, algunas casas de moneda acuñan bullion especiales con una marca en el anverso de las piezas dedicada a dicho encuentro mundial, como es el caso de los bullion Panda de China, Cocaburra de Australia o Krugerrand de Sudáfrica.
En comparación con las barras o lingotes, que ofrecen a los inversores la oportunidad de almacenar grandes cantidades de riqueza en metales preciosos, las monedas de inversión o bullion son más populares entre aquellos que buscan hacer un desembolso menor para preservar su capital en metales preciosos.
Una de las mayores ventajas de invertir en bullion es que las acuñadas en oro están exentas del IVA en Europa o del Impuesto a las Ganancias de Capital (CGT) en otros países. Sin embargo, no todas las monedas están exentas, como es el caso de las acuñadas en plata, así que investiguen antes de comprar.
Aunque llevan grabado el año de acuñación, por lo general no suelen existir diferencias entre las emisiones de los distintos años en cuanto a composición o diseño. Solo en algunos casos el diseño cambia anualmente: Panda chino, Canguro y Cocaburra australianos, por ejemplo. Por tanto, su valor deriva de su composición en metal precioso y no del año de su acuñación o diseño, lo que constituye otra de las grandes diferencias con respecto a las monedas de colección, que cuentan con un valor numismático en función de su rareza, su historia, su grado de conservación.
A efectos legales en España, según se establece en el Anexo Noveno de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido, se consideran monedas de inversión las que cumplan los siguientes requisitos: que sean de ley igual o superior a 900 milésimas; que hayan sido acuñadas con posterioridad al año 1800; que sean o hayan sido moneda de curso legal en su país de origen; o que sean comercializadas habitualmente por un precio no superior en un 80% al valor contenido en ellas.
Para cumplir con los criterios libres de impuestos, estas monedas deben ser de curso legal en los países que las emiten, prácticamente en todos los países donde se acuñan bullion en sus casas de moneda oficiales. La salvedad está en el Krugerrand sudafricano.
Recuerde, cuando compre bullion, es importante los adquieran directamente a las casas de moneda que los acuñan o bien a distribuidores seguros y confiables que tengan un excelente historial y estén autorizados por dichas Cecas.
Los bullion ofrecen una propuesta de valor sencilla: poseer un depósito de riqueza históricamente confiable y estable, en una forma cuyo costo sea muy transparente y mínimamente diferente al establecido por el mercado global gigante establecido para tales metales.
Además, la moneda de inversión es ampliamente reconocida y altamente líquida. Cuando se trata de revender, no tendrá ningún problema para encontrar una demanda significativa a un precio justo y universalmente reconocido. Una de sus grandes ventajas es que, en cualquier momento, el inversor o ahorrador en bullion puede vender sus piezas en cualquier parte del mundo a precios universalmente establecidos, publicados al instante en infinidad de webs oficiales de los grandes distribuidores autorizados.
Otra particularidad es la diversidad de opciones o tipos de bullion a elegir, tanto en oro, como en plata, cuyos motivos de anverso y reverso son iguales en la mayoría de los casos. Menos opciones hay en la elección de monedas de inversión acuñadas en otros metales preciosos, como el platino o paladio, ya que la oferta es mucho menor, pues tan solo cuatro casas de monedas son las que tienen esa opción en sus catálogos: US Mint, Royal Canadian Mint, Royal Mint y Banco de la Federación Rusa.