La India es el segundo mayor consumidor mundial de oro, por detrás de China, y el mayor exportador de este metal, ya que apenas cuenta con producción propia. Los ciudadanos indios han confiado en el oro como medio de ahorro e inversión durante siglos. Sin embargo, los cambios demográficos y sociales que está experimentando el país están afectando al mercado del oro, que podría no volver a ser lo que era.
Según el diario The New Indian Express, el mercado del oro más importante del mundo, el de la India, podría no volver a ser lo que era. Hace apenas 10 años, la demanda de oro de este país, tanto en forma de lingotes y monedas como de joyas, representaba aproximadamente la cuarta parte del total mundial. Desde entonces, el consumo ha caído un 24%.
Y las perspectivas a corto plazo no parecen buenas tampoco: el próximo día 3 de noviembre se celebra la festividad de Diwali, que suele representar el momento del año en que los ciudadanos compran más oro. Sin embargo, las importaciones de oro de la India en el pasado mes de septiembre han caído a su nivel más bajo de los últimos tres años.
Como explican desde el diario indio, esta caída puede deberse a una reacción a corto plazo a la subida del precio, ya que los compradores se suelen retraer cuando el oro supera en Bombay las 30.000 rupias (422,97 dólares) los 10 gramos.
Precisamente, la depreciación de la rupia india y la subida del oro por encima de los 1.350 dólares la onza que habían sido su techo durante mucho tiempo, ha provocado que durante los dos últimos años el precio local en la India se haya mantenido por encima de esas 30.000 rupias y actualmente esté a 38.200 (538,54 dólares).
Cambios demográficos
A largo plazo también hay cuestiones sobre las que preocuparse, ya que aproximadamente las dos terceras partes de las compras de oro que tienen lugar en el país se producen en las zonas rurales, donde el metal precioso desempeña un doble papel tradicional, como medio de inversión y como adorno. Los ciudadanos de estas zonas son más proclives a adquirir joyería de oro que sus vecinos de las ciudades, y tienden a comprar piezas más simples, que pueden ser valoradas con mayor facilidad en caso de que se necesite venderlas.
Por este motivo, los cambios demográficos pueden poner en riesgo al conjunto del mercado: el crecimiento de la población rural se ha detenido, ya que la tasa de natalidad es cada vez menor, mientras más gente emigra a las ciudades.
De hecho, un informe del Consejo Mundial del Oro revela que los jóvenes urbanos de la India están más interesados en otro tipo de bienes, como productos de lujo o smartphones, que en piezas de oro.
Competencia de otros activos
Por otro lado, la oferta de activos alternativos al oro se está ampliando cada vez más en el país. Hace años, las piezas de oro eran la única fórmula que muchos ciudadanos utilizaban para ahorrar e invertir de cara al futuro, aprovechando los excedentes agrícolas derivados de una buena temporada del monzón.
Ello se debía a que el índice de bancarización en las zonas rurales de la India era muy bajo. Pero esto también ha evolucionado en los últimos años: en 2011, apenas un 33% de los ciudadanos adultos de las zonas rurales contaban con una cuenta bancaria; en 2017, este porcentaje había ascendido hasta el 79%, según los datos del Banco Mundial. De hecho, la India cuenta con un mayor porcentaje de población adulta bancarizada que países como Turquía o Hungría.
Existen aún esperanzas de que el oro siga brillando en la India. El mes de octubre marca la temporada alta de las bodas. Alrededor de la mitad de la demanda de joyas de oro es para el ajuar de las novias, según los datos del Consejo Mundial del Oro.
Por ello, una mejora en las condiciones económicas de los ciudadanos también redundará en mayores inversiones en este sentido. Estas condiciones, sin embargo, no son ahora mismo las mejores: las compras de vehículos a motor (un buen termómetro para verificar el estado de la demanda de bienes de consumo) se están desplomando, un 33% respecto a septiembre de 2018 en el caso de los vehículos de cuatro ruedas, y un 22,2% en el de las motocicletas.
Las encuestas entre los consumidores también anticipan esta sensación de pesimismo respecto a la situación económica, con cada vez más ciudadanos pensando que su situación económica se ha deteriorado durante el último año, y aventurando un menor gasto futuro en bienes de consumo.
De todas formas, el importante papel de la India en el mercado internacional del oro no va a desaparecer de un plumazo: sus consumidores aún acaparan una de cada seis onzas de este metal precioso que se adquieren en el mundo.
Pero, según The New Indian Express, todo esto debe constituir un aviso para los inversores, ya que el colchón que suponía para este mercado las compras por parte de los ciudadanos de zonas rurales, como ahorro e inversión, está desapareciendo, y ya no servirá para compensar las cifras cuando caiga el consumo en las ciudades debido a la subida del precio.