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Los ciudadanos indios dan la espalda a la rupia y optan por el oro

La decisión adoptada hace unas semanas por el Primer Ministro indio, Narendra Modi, de ilegalizar el 86% de las rupias en circulación, ofreciendo a cambio abrir una cuenta bancaria o cambiarlo en billetes más pequeños antes del 31 de diciembre, continúa haciendo correr ríos de tinta en la prensa internacional.

Oroinformación ya informó en su día acerca de la decisión de Modi y de las implicaciones que tenía en el mercado del oro. Según los cálculos de Alasdair McLeod en Gold Money, la ilegalización puede alcanzar hasta el 90% de todo el dinero en circulación, si se incluyen las falsificaciones. Los términos del cambio han sido tan inconvenientes para quienes no estén en el mercado negro que, al final, el equivalente a 50.000 millones de dólares en rupias se han eliminado de un plumazo de la economía india, a la espera de la introducción de nuevos billetes.

Según este analista, Modi debería haber previsto el impacto de sus medidas en las comunidades rurales, marcadas por la pobreza, “pero es evidente que ha olvidado las lecciones que aprendió en su difícil juventud”. Y es que el dinero retirado de la circulación equivale al 2,5% del PIB, que será reemplazado en un plazo sin especificar. El problema es que aunque los nuevos billetes (con la imagen de Gandhi) estén pronto disponibles, llevará meses convertir los cajeros automáticos y asegurar su disponibilidad en todo el país.

Según McLeod, eliminar los billetes con valores tan exiguos como 7,5 dólares ha supuesto un enorme trastorno para las vidas de los ciudadanos, en especial para la población rural, y supone de hecho la paralización de la economía.

El analista prevé una importante caída de la economía india a corto plazo, que el Gobierno de Modi tratará de contrarrestar incrementando la cantidad de dinero en circulación. Y eso no va a hacerle ningún bien a la economía, según Mc Leod, “aunque servirá para incrementar el PIB nominal, para satisfacción de los planificadores”.

Como explica el analista, el PIB no es un indicativo de la evolución económica del país, sino un sumatorio del dinero existente en un momento determinado. Pero no sirve para medir el crecimiento o la recesión de una economía.

 

Adiós, rupia; hola, oro

Otra variable interesante es que esta medida va a incrementar entre la población el escepticismo respecto al Gobierno y su dinero. Así, es probable, opina McLeod, que cuando se emitan los nuevos billetes de Gandhi, cada vez sean más los ciudadanos que los rechacen, lo que significa que el poder adquisitivo de la rupia disminuirá más rápidamente que si Modi no hubiera intervenido en una situación monetaria que era relativamente estable.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno por persuadirles, los ciudadanos se han apresurado a cambiar sus rupias sin valor por la única forma de dinero en la que han confiado durante miles de años, y sobre la que el Gobierno no puede ejercer control alguno: el oro. A nadie se le escapa que su precio en rupias va a subir durante los próximos meses, y que se trata de la forma más segura de conservar su dinero. Por eso, el oro cotiza estos días en la India a un precio superior al internacional.

El Gobierno indio trata de restringir su suministro, porque siempre lo ha contemplado como un desafío a su propio dinero. Y también por ello, desde instancias gubernamentales se han emprendido campañas contra el oro, al que tildan de reliquia histórica que no es apropiada para el entorno económico actual.

La importancia del oro, pese a las medidas adoptadas por los sucesivos gobiernos para proteger a la rupia, no ha disminuido, y sólo ha incrementado el mercado negro. Además, los impuestos a los vendedores, superiores al margen que obtienen éstos, van a obligar a cerrar a muchos de ellos, que no pueden competir con los precios del oro de contrabando, una práctica que va a crecer.

McLeod concluye afirmando que la ilegalización sorpresa por parte de las autoridades indias ha incrementado la percepción de un Gobierno corrupto e ineficiente. Y en el ideario colectivo se ha reafirmado la sensación de que el papel moneda emitido por el Gobierno carece de valor. Así que una caída en el poder adquisitivo de la rupia es la principal consecuencia de la medida de Modi, que va a desestabilizar al país y al Gobierno. Todo ello no hace sino reforzar la idea de que el oro es el valor refugio ideal ante la inestabilidad de las monedas locales.

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