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Los expertos analizan la región australiana de Pilbara en busca de oro

La región de Pilbara, situada en el noroeste de Australia Occidental, podría ser el escenario de una nueva fiebre del oro, similares a las que se vivieron en el siglo XIX en el Klondike y en California, aunque trasladada a la era de la minería tecnológica. La zona está siendo objeto de una intensa exploración por parte de un elevado número de compañías mineras, que quieren saber si Pibara puede ser el nuevo centro de producción de oro del futuro.

De momento, los expertos de diversas consultoras de minería de Melbourne recomiendan precaución a la hora de valorar los posibles hallazgos. Desde Surbiton Associates, su directora gerente, Sandra Close, señala en un informe que existe una gran diferencia entre la labor de exploración y la apertura de una explotación económicamente rentable. “La exploración es un negocio caro y arriesgado”, advierte.

Una cuestión que tienen presente las más de 25 compañías dedicadas a la exploración están analizando diversas zonas de la región de Pilbara en busca de oro. Según explican desde la consultora, el objetivo de la exploración es detectar zonas donde el oro se encuentre en conglomerados, que son rocas sedimentarias compuestas de guijarros redondeados envueltos en una capa de arena más fina.

Ese mismo material, formado en la misma época, es el que se encontró en la región sudafricana de Witwatersrand, donde se ubican los depósitos que han producido la mayor parte del oro extraído en Sudáfrica durante el último siglo.

Los expertos recuerdan también que la región ya fue objeto de exploración en busca de yacimientos de oro a finales de los años 70 y principios de los 80 del pasado siglo, por parte de uno de los mayores especialistas en el área de la exploración, Mark Creasy. Sus conclusiones fueron que el grado de concentración del oro en la tierra era demasiado bajo como para que la explotación resultara viable desde el punto de vista económico.

Una de las cuestiones que hay que tener en cuenta a la hora de la exploración de un territorio de cara al posible establecimiento de una explotación minera de oro es sortear el llamado “efecto pepita”. Éste consiste en que los exploradores tienden a sacar conclusiones erróneas sobre la composición mineral de la tierra cuando toman muestras de una parte del territorio y en ellas se encuentra alguna pepita.

Por supuesto, ello no garantiza que en el resto del mismo también existan, al igual que el hecho de no hallar ninguna tampoco significa que no se encuentren en otras partes. Para evitar que los resultados de la exploración se vean desvirtuados por ese efecto, es necesario invertir más tiempo y dinero para procesar un mayor número de muestras y así obtener resultados más exactos.

En cualquier caso, la apertura de una nueva zona minera de oro sería una buena noticia para la industria australiana del oro, cuya producción se ha mantenido estable en el tercer trimestre del año, con un total de 74,1 toneladas, un 1,4% menos que en el trimestre anterior.

El informe de Surbiton Associates también ha abordado otra cuestión que preocupa a la industria minera australiana: la polémica propuesta del Gobierno regional de Australia Occidental de elevar un 50% los royalties.

En opinión de la directora gerente de la consultora, “estamos a favor de que existe una retribución adecuada a la comunidad por el oro que se extrae en sus tierras, pero no tiene sentido que se incrementen tanto los royalties que las compañías se vean obligadas a dejar de extraer el oro que queda en el terreno porque ya no les resulta económicamente rentable”.

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