El pasado mes de julio, el oro se convirtió en protagonista de informaciones en los medios de comunicación especializados y generalistas, al superar su precio récord, que estaba establecido en 1.921 dólares la onza en el año 2011. Desde entonces ha seguido subiendo y ha sufrido una corrección que, sin embargo, lo mantiene todavía por encima de ese récord de hace nueve años. La pregunta que todos se hacen ahora es si el precio seguirá en máximos o caerá.
Según explica Sebastian Bowen en The Motley Fool, tras alcanzar un máximo de 2.075 dólares la onza, el precio del metal se ha asentado ahora mismo en torno a los 1.950 dólares la onza. El resto de metales preciosos también se han visto arrastrados por esta tendencia alcista, con la plata registrando unos niveles que no se veían desde hace años.
Entre las razones que explican esta subida histórica del precio del oro está el hecho de que el metal es, tradicionalmente, un activo refugio, lo que significa que los inversores recurren a él cuando existen dudas respecto al futuro inmediato de activos de inversión de mayor riesgo, como las acciones.
“Así que resulta un poco confuso asistir a esta subida histórica del oro, en un momento en que los mercados de capitales globales también están subiendo. Mi opinión sobre este fenómeno es que los inversores no son demasiado optimistas respecto a la evolución de las bolsas a medio y largo plazo, debido a la pandemia de Covid-19. A esto hay que añadir la preocupación por la posible inflación provocada por las enormes inyecciones de efectivo en el sistema financiero global por parte de los bancos centrales. Así que tenemos la mezcla perfecta de ingredientes para que el precio del oro siga subiendo”, explica Bowen en el blog.
Ahora, la pregunta que se hacen los inversores y analistas es si el precio del oro va a seguir subiendo (ya ha superado el 30% de revalorización en lo que llevamos de año) o si volverá a caer a los niveles anteriores a este récord de finales del mes de julio.
Desde Kitco.com, por ejemplo, apuntan que, aunque el oro ha registrado su precio más alto de todos los tiempos, todavía se encuentra muy por debajo de su máximo si se tiene en cuenta la inflación.
Teniendo en cuenta esta variable, el precio actual del oro está aún por debajo del que se registró en 2011 (equivalente a 2.149,69 dólares la onza actuales) y muy por debajo del máximo histórico en esta clasificación, que tuvo lugar en 1980 (equivalente a 2.722,18 dólares la onza). En este último caso, estaríamos hablando de un 40% más que el precio actual del metal.
En el caso de la plata, su potencial de subida aún es mayor, ya que el precio actual de la onza de este metal ronda los 26,80 dólares. Pero si la plata igualase su precio máximo histórico teniendo en cuenta la inflación, tendría que alcanzar nada menos que 160,59 dólares la onza.
La opinión de Sebastian Bowen desde The Motley Fool es que “solo porque el precio del oro (o de la plata) pueda seguir subiendo no significa necesariamente que lo vaya a hacer. Personalmente, soy optimista en cuanto al panorama de los metales preciosos a medio plazo, debido a los factores de los que hemos hablado antes. Creo que la devaluación monetaria va a tener un coste, y que este coste puede suponer que los precios de los metales preciosos se disparen durante los próximos años”.