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Los fondos soberanos, cada vez más atraídos por activos como el oro

El papel del oro como elemento diversificador de la cartera de inversión no ha pasado inadvertido para una categoría muy concreta de inversores, a quienes interesa especialmente esta característica del metal: los fondos de inversión soberanos.

Según un informe de PwC, los fondos soberanos han incrementado sus inversiones en activos alternativos como el capital riesgo, el mercado inmobiliario, infraestructuras y commodities, en especial el oro.

La consultora señala que el volumen de los activos gestionados por los fondos soberanos se ha duplicado en los últimos 12 años, creciendo desde 1,9 billones en 2004 hasta 7,4 billones en 2016. En este contexto, el volumen de inversión en activos alternativos creció un 23% solo en 2016.

El informe señala que las estrategias de inversión de los fondos soberanos van a incorporar cada vez más activos alternativos en sus carteras. “Este incremento de inversión en activos alternativos va a permitir una diversificación de la cartera de activos tradicionales como acciones y bonos, además de permitir un desarrollo económico y proporcionar una protección frente a posibles crisis, en línea con el horizonte a largo plazo que tienen las inversiones de los fondos soberanos”, apuntan.

Tradicionalmente, los fondos soberanos se han centrado en la inversión en mercados de renta fija, aunque desde PwC precisan que este mercado resulta cada vez menos atractivo a causa de la bajada de los tipos de interés. Por ello, los fondos soberanos se han visto obligados a ampliar su espectro de inversiones hacia nuevas alternativas.

Una de estas alternativas es el oro, que cada vez atrae más la atención, debido a su escasa correlación con el resto de activos durante largos periodos de tiempo.

Aunque, según la consultora, la rentabilidad del oro a corto plazo sea escasa, el verdadero brillo del metal se muestra en el largo plazo. Según la investigación, el oro proporciona retornos de hasta el 6,7% durante la última década, solo por detrás de los activos de infraestructuras, que crecieron un 8% y el capital riesgo, que se incrementó un 8,6%. Por su parte, las acciones crecieron un 4,9% en este periodo.

Para un horizonte inversor de 20 años, el oro sigue estando entre los tres activos con mejores resultados, con un 6,8%, frente a un 8,4% del mercado inmobiliario y un 8,6% del capital riesgo. En ese mismo periodo, las acciones se incrementaron en un 5,2%.

Según PwC, esta buena actuación a largo plazo del oro se debe a tres factores: el incremento de la demanda por parte de las economías emergentes, las compras netas por parte de los bancos centrales y la aparición de nuevos productos, como los ETF basados en oro, que han simplificado la inversión en oro y lo han hecho mucho más accesible.

Por ello, la consultora espera que los fondos soberanos continúen contando con el oro como un importante elemento diversificador de carteras: “dado que el oro es una inversión estratégica, este activo va a seguir interesando a este tipo de inversores en los próximos años. En concreto, los fondos de estabilización se van a beneficiar de incrementar sus posiciones en oro, un activo con una alta liquidez que sirve para contrarrestar los efectos de las crisis macroeconómicas”, señala el informe.

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