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Los nuevos inversores en oro buscan ganar dinero, no un valor refugio

El llamado “efecto refugio”, que atrae a los inversores hacia el oro en momentos de inestabilidad geopolítico y económica, se está desvaneciendo. Mientras los inversores de la vieja guardia deshacen sus posiciones en oro, una nueva generación de inversores toma el relevo, aunque su objetivo es bien diferente: más que proteger su patrimonio, su objetivo es ganar dinero.

Son las conclusiones de la consultora especializada en commodities CPM Group, cuyo director gerente, Jeff Christian, explica en una entrevista emitida en Korelin Economics Report que “estamos recomendando a nuestros inversores que compren oro y plata, por una combinación de afán de riqueza y temor. Sin embargo, creemos que en este momento el factor miedo es relativamente bajo y la clave es ganar dinero.

Pese a ello, el responsable de CPM Group admite que todavía hay inversores que siguen acudiendo al oro y la plata por el “efecto refugio”, para asegurar su patrimonio.

Desde la consultora explican que hay un nuevo tipo de inversor cuyo objetivo es comprar oro para ganar dinero. Estos inversores están reemplazando a los de la “vieja guardia”, que tienden a abandonar sus inversiones, bien para recoger sus beneficios o simplemente por su edad. “Ellos o sus herederos están acudiendo a sus brokers para recuperar el dinero que habían invertido en oro”, apunta Christian.

Uno de los indicativos de la retirada de estos inversores tradicionales en oro es el bajo nivel de ventas de American Eagles de oro y plata por parte de la United States Mint. Bajada que se ve contrarrestada con crecientes inversiones en ETF, futuros y opciones.

Se trata de unos nuevos inversores más oportunistas, que están permitiendo que se produzca un nuevo renacimiento del oro, que se va a extender durante los próximos años, en opinión del director gerente de CPM Group.

Detrás de este interés por el oro está la subida de los mercados de capitales desde 2010, que los expertos consideran que tiene los días contados y, probablemente, acabará mal.

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