La evolución del precio del paladio en los últimos meses le sitúa cada vez más cerca del precio de su metal “hermano”, el platino. Según los analistas, es cuestión de días o semanas que, por primera vez en la historia, el precio del paladio sobrepase al del platino.
El paladio cotizaba el pasado martes, 11 de julio, a 836 dólares la onza y mantenía una trayectoria creciente, mientras que el platino lo hacía a 895 dólares y con una trayectoria decreciente.
Según explica el experto en metales preciosos Lawrie Williams en su columna de Sharps Pixley, hace apenas un año la diferencia de precio entre ambos metales era de 490 dólares (el paladio se vendía a 610 dólares la onza y el platino, a 1.100). En 12 meses, esos 490 dólares se han reducido a apenas 59. Y eso de momento, ya que el platino parece estar en declive, mientras que el paladio se está revelando como el metal precioso que mejor se ha comportado durante el último año.
Históricamente, el platino ha tenido un precio más alto que el oro, aunque desde que éste le superó, la ratio oro/platino ha crecido hasta 1,35. Por su parte, el paladio está en trayectoria creciente debido a los sucesivos déficits de suministro (no hay suficiente suministro para cubrir la demanda anual).
El platino vivió su mejor época cuando comenzó a utilizarse como elemento para la fabricación de catalizadores para los motores de automóviles, tanto diésel como de gasolina. Sin embargo, fue desplazado por el paladio, cuyo precio era aproximadamente la mitad que el del platino, en la fabricación de catalizadores para vehículos de gasolina, mientras que el platino retenía su posición en la industria de los catalizadores diésel, donde era más efectivo.
El llamado “dieselgate” que afectó a esta industria a raíz del fraude cometido por Volkswagen ha complicado el futuro de los motores diésel. Diversas compañías automovilísticas ya han anunciado que en el futuro dejarán de fabricar estos motores e incluso algunas ciudades ya se plantean prohibir la entrada a estos vehículos por su poder contaminante.
Todo ello ha complicado las perspectivas del mercado del platino, al tiempo que ha supuesto un incentivo para el paladio, con el incremento de cuota de mercado de los motores de gasolina.
Sin embargo, ahora que los precios de ambos se están acercando, la industria podría plantearse la vuelta al uso del platino en los catalizadores, ya que una de las principales ventajas del paladio, su bajo precio, ya no es tal.
Otra variable dentro de esta ecuación es la creciente cuota de mercado de los vehículos eléctricos, cuyas baterías están mejorando en capacidad y autonomía. Compañías como Tesla están tratando de popularizar estos vehículos entre los consumidores, con el lanzamiento de modelos más asequibles. Tesla se plantea elevar su producción hasta los 20.000 vehículos eléctricos al mes a finales de 2017, e incrementarla aún más en 2018, lo que le convertirá en uno de los mayores fabricantes mundiales de automóviles. Pero las propias compañías automovilísticas “tradicionales” también quieren su parte en el mercado del vehículo eléctrico: Volvo, por ejemplo, ya ha anunciado que desde 2019 solo fabricará automóviles eléctricos e híbridos.
Por tanto, es de esperar que, al tiempo que desciende la cuota de mercado de los vehículos con motores alimentados por combustibles derivados del petróleo, descienda también la demanda de platino y paladio por la caída del mercado de catalizadores.
Según Williams, no se trata de algo que vaya a suceder a corto plazo: aún quedan unos años de demanda de ambos metales por parte de la industria. Pero lo cierto es que los metales del grupo del platino no tienen mucho futuro en la industria, a no ser que se descubran nuevas aplicaciones, “por lo que no constituyen una inversión a largo plazo tan interesante como el oro”, asegura.