Los inversores se enfrentan a un incierto panorama, marcado por el impacto en la economía de los cierres provocados por el Covid-19, la promesa de estímulos monetarios inagotables y la incertidumbre del panorama político. Circunstancias que les han obligado a buscar otros activos de menor riesgo, como los metales preciosos.
En este contexto, la plata está especialmente buen situada, y tres factores van a determinar la evolución de su precio: los estímulos de la Reserva Federal; el aumento de la demanda industrial, especialmente en paneles solares y aplicaciones electrónicas; y la situación de déficit de suministro del mercado.
Como explica Stefan Gleason desde Money Metals Exchange, la pandemia de Covid-19 no va a ser erradicada a corto plazo y cuando lo sea, sus consecuencias sociales y económicas se van a extender aún durante unos años.
En semejante entorno, los activos de inversión habituales conllevan un elevado nivel de riesgo, aunque hay cierto tipo de activos que se encuentran muy bien posicionados, la plata entre ellos.
El dólar es uno de los activos que más van a sufrir las consecuencias: “con los políticos y los bancos centrales tratando desesperadamente de empapelar las pérdidas económicas con estímulos artificiales, el panorama se presenta complicado para el dólar estadounidense”, apunta Gleason.
Un déficit presupuestario federal de 3,1 billones de dólares, combinado con una campaña para elevar la inflación por parte de la Reserva Federal, sitúan a los inversores con activos denominados en dólares en una posición de riesgo.
En esta situación, los activos tangibles y, en particular, los metales preciosos, actúan como una protección natural frente a la depreciación de la moneda.
Plata y commodities
Según Gleason, la plata está especialmente bien situada entre estos activos tangibles, ya que se va a ver beneficiada de los cambios que están afectando a algunas commodities. En efecto, la búsqueda de la sostenibilidad en cuanto a las fuentes energéticas ha afectado, por ejemplo, al petróleo: las energías renovables acaparan cada vez un porcentaje mayor del consumo energético, en detrimento de los combustibles fósiles.
Además, independientemente del resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos y el aumento de las instalaciones de paneles solares va a continuar durante los próximos meses, lo que supone un importante aumento de la demanda de plata.
De hecho, la práctica totalidad de las alternativas a los combustibles fósiles requieren importantes cantidades de metales, desde cobre a níquel, pasando por las llamadas ‘tierras raras’.
La plata no es una excepción. Como señalan desde The Silver Institute, “la plata se encuentra en prácticamente todos los dispositivos electrónicos. Si tiene un botón de encendido y apagado, es muy probable que tenga plata en su interior. La excelente conductividad eléctrica de la plata la hace un metal indispensable en la fabricación de circuitos impresos, interruptores y pantalla de televisión”.
Conforme la industria del automóvil avance desde el punto de vista tecnológico, hacia los vehículos impulsados por baterías, va a requerir mayores cantidades de metales estratégicos, entre los que se encuentra la plata.
La industria de vehículos a motor consume alrededor de 36 millones de onzas (1.120 Tm) de plata al año, una cifra que va a seguir creciendo conforme aumente la demanda global.
La demanda de sistemas de energía solar fotovoltaica se va a disparar durante los próximos años, lo que podría provocar un problema de suministro de algunos metales críticos, la plata entre ellos.
La industria fotovoltaica es una de las fuentes de demanda industrial de este metal que más ha crecido durante los últimos años: en 2019, este sector de la demanda aumentó un 7%, hasta los 85 millones de onzas (2.643 Tm).
Por su parte, la demanda de plata por parte del sector de inversión se ha incrementado durante los últimos meses al tiempo que el suministro minero de este metal se contraía por las condiciones económicas y políticas adversas, derivadas de las medidas de control de la pandemia.
La tradicional volatilidad que caracteriza al mercado de la plata de inversión podría aumentar en los próximos meses en función del resultado de las elecciones en Estados Unidos y de la evolución del Covid-19.
En cualquier caso, los tres factores que van a marcar la evolución del precio del oro durante los próximos meses son los siguientes:
- La Reserva Federal va a seguir con su política de estímulos inflacionarios independientemente del resultado electoral.
- La insaciable demanda de plata por parte de la industria solar fotovoltaica y de otras aplicaciones electrónicas va a aumentar aún más.
- El déficit de suministro de este metal por parte de la minería va a contribuir a tensionar un mercado y provocará posibles cuellos de botella que afectarán al suministro tanto de los inversores como de la industria.