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Los venezolanos luchan contra el hambre buscando oro en los vertederos y cloacas de Caracas

Desgraciadamente, es una escena que se viene repitiendo una y otra vez en los vertederos y cloacas del río Guaire, uno de los afluentes del venezolano río Tuy y la principal vía fluvial del valle de Caracas: cientos de caraqueños, la mayoría jóvenes, se lanzan a las fétidas y oscuras aguas fecales de los desagües en busca de objetos metálicos, principalmente oro y plata, que desembocan en esos nauseabundos vertederos acuáticos. Es un patético apartado de la minería ilegal.

Mientras el régimen de Nicolás Maduro sostiene la “grandeza” económica del país sudamericano, cientos de miles de personas luchan a diario por todo el país para buscar alimento o los medios para abastecerse de productos de primera necesidad.

Entre ese gran núcleo poblacional se encuentran los “garimpeiros” (término portugués procedente de Brasil para denominar a los buscadores ilegales de piedras preciosas o metales preciosos), que a diario bajan de los suburbios de Caracas para bucear en las repugnantes aguas del río que atraviesa la capital venezolana a la caza de productos, objetos o piezas elaborados con oro, plata u otros metales como el cobre bien recibidos por los compradores de chatarra.

Es una labor de subsistencia frente a la galopante crisis económica del “paraíso” bolivariano.

Primero comenzaron algunos buscadores repartidos a lo largo de los 72 kilómetros de recorrido del río Guaire, cuyo color marrón, indica su alto grado de contaminación, sin hablar del hediondo olor que surge de sus aguas. Luego se fueron sumando más habitantes de Caracas y su entorno. Ahora son cientos los hombres de todas las edades que se zambullen en las corrientes para rastrear los oscuros sedimentos del fondo donde se ocultan los preciados objetos.

Cualquier utensilio les sirve como batea en el que depositan los objetos que van encontrando, luego vendrá la selección: cobre, plomo o, si las suerte les acompaña, pequeños objetos de joyería de oro o plata que acabarán en las casas de empeño del centro de la ciudad.

Si la fortuna sonríe a un “guaireño” podrá llevarse a su casa hasta 5 dólares, al cambio en el mercado negro, casi tanto como el salario que gana un venezolano medio al día.

Es el efecto de la histórica subida de precios y la devaluación de la moneda nacional. La inflación sin control cerró 2018 en 1.698.488%, según las cifras de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, según cifras aportadas por Europa Press.

Las condiciones de vida en Venezuela han empeorado drásticamente desde 2014. Más de tres millones de personas han abandonado el país, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), escapando de la crisis.

El 48% de los venezolanos se encuentra en situación de pobreza multidimensional, según la Encuesta de Condiciones de Vida, (Encovi), realizada por expertos de distintas universidades. El 94% es pobre, teniendo en cuenta sus ingresos, según el mismo sondeo.

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