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Más interrogantes sobre la vuelta de las reservas de oro a Alemania

La operación de vuelta a Alemania de las reservas de oro del Bundesbank depositadas en Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, que el banco central alemán dio casi por concluida hace un mes, ha vuelto a despertar interrogantes por la forma en que se ha llevado a cabo y, sobre todo, por los plazos de tiempo.

En su blog de Bullion Star, el especialista Ronan Manly cuestiona muchas de las informaciones facilitadas por el Bundesbank sobre este programa de repatriación de divisas, que el banco tuvo que iniciar ante el aluvión de críticas por la falta de control sobre sus reservas de oro en el extranjero.

El pasado 9 de febrero, el Bundesbank informó (en la imagen) de que había transferido 111 toneladas de oro desde el Banco de la Reserva Federal de Nueva York a Alemania durante 2016, además de otras 105 toneladas de oro procedentes del Banque de Paris, en el mismo periodo.

El banco central alemán, después de estos movimientos, afirma haber alcanzado su objetivo de 2013, antes de tiempo, de repatriar 300 toneladas de oro desde Nueva York a Francfort, aunque aún tiene pendiente el retorno de 91 toneladas desde París para completar también la repatriación de 374 toneladas desde el Banque de France.

“En suma -señala Manly-, que el Bundesbank solo ha sido capaz de transferir 583 toneladas de oro desde Nueva York y París a Francfort en el plazo de cuatro años. Y todavía tiene 1.236 toneladas de oro almacenadas en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York”.

Curiosamente, como apunta el analista de Bullion Star, ninguno de los principales medios de comunicación especializados ha preguntado por qué se ha tardado tanto en llevar a cabo esta operación, y se han limitado a reproducir la información facilitada por el Bundesbank sobre el adelanto en el cumplimiento de los planes previstos.

El artículo de Manly desvela, por ejemplo, que las 111 toneladas de oro repatriadas por el Bundesbank desde Nueva York salieron de la Reserva Federal, según los datos de ésta, entre marzo y septiembre de 2016… cuatro meses antes de que el Bundesbank informara de ello.

Además, las cifras de la Reserva Federal indican que en esos meses (excepto en mayo de 2016, que no hubo actividad) se trasladaron desde las instalaciones de la Fed en Nueva York 113,45 toneladas, mientras que el Bundesbank solo reconoce haber trasladado 111. ¿Dónde fueron a parar esas 2,45 toneladas de oro que se sacaron de la Reserva Federal, pero no llegaron a Alemania? ¿Fueron retiradas por el banco central de algún otro país, coincidiendo con la operación del Bundesbank o, como apunta Manly, podría ser que el banco central alemán se viera obligado a refundir el oro repatriado por su baja pureza y perdiera en el proceso esas 2,45 toneladas, el 1,7% del total? ¿O la diferencia está en el pesaje de los viejos lingotes estadounidenses US Assay Office, que no habían sido pesados de forma correcta hasta entonces?

En cualquier caso, como apunta Manly, nunca lo sabremos, ya que la Reserva Federal no divulga las identidades de los bancos centrales cuyas reservas custodia, ni el Bundesbank, por su parte, ofrece detalles como los números de serie de los lingotes.

 

Un traslado a paso de tortuga

Otra cuestión es la que se refiere al plazo. Parece que no ha llamado la atención a nadie, en los medios de comunicación internacionales, el hecho de que este proceso haya tardado nada menos que cuatro años en llevarse a cabo, cuando París está apenas a una hora de vuelo de Francfort y a seis horas por carretera, mientras que Nueva York está a menos de nueve horas de vuelo de la ciudad alemana.

En contraste con la duración de este plan de repatriación, el Banco Central de Venezuela, por ejemplo, fue capaz de transferir 160 toneladas de oro desde Europa a Caracas en apenas dos meses, entre el 25 de noviembre de 2011 y el 30 de enero de 2012. Esos son 80 toneladas al mes, lo que significa que el Bundesbank podría haber tardado, a ese ritmo, menos de cuatro meses en trasladar las 300 toneladas desde Nueva York, en vez de los cuatro años que ha empleado.

Y eso, por no cuestionarse por qué se ha tardado más de cuatro años en trasladar 374 toneladas de oro desde París a Frankfurt.

Otro ejemplo: la propia Reserva Federal estadounidense fue capaz de trasladar por vía aérea 800 toneladas de oro desde los Estados Unidos al Reino Unido hace medio siglo, entre noviembre y diciembre de 1967, para cumplir con su parte de reservas en el Banco de Inglaterra del London Gold Pool. El oro fue trasladado a las instalaciones de la Royal Air Force en Suffolk en bloques de 100 toneladas, durante nueve días consecutivos, utilizando aviones de carga de la Fuerza Aérea estadounidense, y luego escoltado a la City en convoyes custodiados por la Policía.

Los estadounidenses fueron capaces de trasladar 400 toneladas de oro desde EE UU a Europa en apenas seis días. Lo que significa, en opinión del analista de Bullion Star, que la Reserva Federal es capaz de organizar el traslado de grandes cantidades de oro en poco tiempo cuando quiere.

En otros cinco vuelos consecutivos se trasladaron 445 toneladas más a Londres, hasta un total de cerca de 850 toneladas de oro desde EE UU a Europa en solo un mes.

Estos movimientos transfronterizos de oro dejan en ridículo, según Manly, el actual programa de repatriación de oro del Bundesbank, “aunque lo más grave es la actitud servil de los medios de comunicación internacionales, que ni siquiera se han cuestionado el tiempo empleado en las operaciones de repatriación del Bundesbank”.

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