Un informe de la London Bullion Market Association (LBMA) revela que menos de la mitad del oro que las principales refinerías mundiales procesaron en el año 2018 procedía de las grandes minas industriales. La principal fuente de materia prima para las refinerías fueron las joyas, lingotes y monedas que volvieron al mercado para fundirse de nuevo.
Según un reciente informe de la London Bullion Market Association (LBMA), de todo el oro que procesaron en 2018 las principales refinerías mundiales, acreditadas por el propio mercado de Londres, algo menos de la mitad era metal extraído en las grandes explotaciones industriales, mientras que la principal fuente era el oro reciclado.
Según esta información, las refinerías acreditadas por la LBMA (que dominan la industria y suministran la mayor parte del oro a los bancos, joyeros y fabricantes), procesaron un total de 4.836 toneladas de oro en 2018, valoradas en unos 300.000 millones de dólares al precio actual.
De esa cantidad total, 2.127 toneladas procedían de las grandes minas industriales; 26 fueron extraídas en minas artesanales y a pequeña escala; y la mayor parte, 2.683 toneladas, eran joyas, lingotes y monedas enviadas a las refinerías para ser fundidas de nuevo.
Se trata de la primera vez que la LBMA publica información relativa a los orígenes del oro que se mueve a través de su sistema y forma parte de su primer informe anual relativo a la implementación de las directrices sobre suministro responsable. Un informe cuyo objetivo es evitar que entre en su cadena de suministros el oro que está vinculado a abusos de los derechos humanos, el crimen o daños medioambientales.
El oro que procede de explotaciones artesanales y el reciclado presentan un riesgo mucho mayor que el extraído, ya que suele pasar por diferentes manos, por los que resulta muy difícil rastrear sus orígenes.
Según la LBMA, sus refinerías procesan más del 90% del oro que se extrae en las grandes minas, pero apenas procesan una parte muy pequeña de las aproximadamente 550 toneladas que anualmente producen las explotaciones artesanales y a pequeña escala.
La mayor parte de estas 550 toneladas de oro son procesadas por refinerías ajenas al sistema de la LBMA, que, normalmente, se muestran mucho menos preocupadas sobre el origen de este metal. Una vez procesado, este oro suele volver al sistema etiquetado como oro reciclado.
En su informe, la LBMA afirma ser consciente de los riesgos que atañen al oro reciclado, por lo que, además de poner en marcha sus propias normas, están trabajando junto a las autoridades de los países donde funcionan las principales refinerías, para mejorar la regulación sobre los orígenes del oro.