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Mientras los Reyes Magos hacían felices a millones de niños y mayores, el Capitolio “ardía”

El miércoles 6 de enero España entera se despertaba entre la algarabía de niños y mayores al descubrir los regalos depositados esa noche alrededor del árbol de Navidad, cerca de sus zapatos o sobre el sofá del saloncito. Habían venido los Reyes Magos. Mientras en la capital de Estados Unidos se preparaba un hecho histórico sin precedentes hasta ahora: decenas de miles de estadounidenses seguidores del presidente saliente Donald Trump, asaltaban el Capitolio en Washington, Congreso y Senado, irrumpiendo salvajemente en sus instalaciones. El grave suceso conmocionó el mercado de metales preciosos que hizo bajar el precio del oro casi 60 dólares la onza de un día para el otro.

Las imágenes han dado la vuelta al mundo ante la sorpresa y estupor de miles de millones de ciudadanos de todo el mundo: uno de los mayores símbolos de la Democracia, el edificio del Capitolio de los Estados Unidos, estaba siendo asaltado por turbas de norteamericanos seguidores del aún presidente Donald Trump.

Por ahora, el resultado final ha sido de 4 muertos y cientos de heridos, además de una imagen dantesca y asombrosa a la vez de un pueblo que ha dejado en sus cementerios, y en los de medio mundo, millones de tumbas de valientes soldados luchadores por la Libertad y la Democracia.

Ese conflicto social que viene produciéndose en muchos estados de la unión al son de la pandemia global de la Covid-19, también ha tenido su efecto negativo en los metales preciosos, al menos en el oro.

Con unos espectaculares inicios en 2021, cuando los mercados abrieron sus puertas el lunes 4 de enero con un precio de 1.927 dólares la onza de oro a las 9 de la mañana, para finalizar la tarde a las 20,30h con unos magníficos 1.940 dólares la onza,  se esperaba que al día siguiente, el 5 de enero, la embestida de los toros de Wall Street continuara su avance. Como así fue, ya que el martes a las 18,00h el precio del metal amarillo había alcanzado la cifra de 1.950 dólares la onza.

Pero con el fatídico 6 de enero, mientras el mundo católico celebraba la Epifanía y la llegada de los Reyes Magos a millones de hogares, llego al mercado la respuesta de la descerebrada acción liberticida de muchos miles de ciudadanos “descontentos” con el resultado de las últimas elecciones presidenciales a la Casa Blanca. Un “Rodea el Congreso” de los podemitas de Pablo Inglesias, con motivo de la investidura como presidente del Gobierno de Mariano Rajoy a finales de octubre de 2016, pero a lo bestia, con tiros, sangre y retransmitido en directo.

Tras esos movimientos convulsos parece que el metal precioso está listo para volver a subir, tal vez alcanzando los máximos alcanzados hace un par de días en el nivel de los 1.950 dólares que ya ha sido importante en más de una ocasión.

En caso de que haya una rotura alcista se abriría la puerta a un movimiento hacia el nivel de 2.000 dólares la onza y, posiblemente, después hasta los 2.100 dólares. En cuanto a los motivos que avalan esta visión alcista hay una seguridad relativa que ofrece el oro en momentos de incertidumbre o también podría subir por una nueva oleada de ventas del dólar estadounidense.

Mientras tanto, el orbe deshoja los almanaques poniendo el punto de mira en el miércoles 20 de enero, jornada en la que el 47 presidente de los Estados Unidos Joe Biden jurará su cargo. ¿Lo hará en paz y concordia de la ciudadanía?

¿Cómo y con qué precio lo recibirán los metales preciosos, sobre todo el oro y la plata?

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