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Nuevas monedas conmemorativas de Armenia dedicadas al Arca de Noé

El Banco Central de Armenia ha presentado cuatro nuevas monedas conmemorativas de oro, dedicadas al Arca de Noé, un tema recurrente en las piezas numismáticas del país, que presume de contar con el mítico monte Ararat en su territorio.

Las monedas están acuñadas en oro de 999,9 milésimas de pureza, en calidad prueba y con el canto estriado, y son de curso legal en Armenia. La moneda de 1 gramo tiene un valor facial de 100 dram (19 céntimos de euros) y mide 13,9 mm. de diámetro. La de 7,78 gr. (1/4 de onza) tiene un valor de 10.000 dram (19,41 euros) y mide 20 mm. de diámetro. La de 15,55 gr. (1/2 onza) está marcada en 25.000 dram (48,53 euros) y mide 25,2 mm. Y la de 31,1 gr. (una onza) tiene un valor facial de 50.000 dram (97,06 euros) y mide 30,2 mm. de diámetro.

Las piezas han sido acuñadas en Alemania por la Geiger Edelmetalle GmbH, en una emisión limitada a 3.000 unidades de la de 1 gramo; 10.000 de la de ¼ de onza; 800 de la de ½ onza; y 500 de la de una onza. Todas ellas llevan grabado su número de serie, que las hace únicas.

El diseño es obra de Eduard Kurghinyan. En su anverso se puede ver el escudo de armas de la República de Armenia, la composición de la moneda en oro, su valor facial y los nombres de la República de Armenia en inglés y armenio.

En el reverso aparece el Arca de Noé surcando las aguas, una paloma con una rama de olivo en el pico y, al fondo, el monte Ararat en la puesta de sol.

El Arca de Noé es el símbolo de la salvación de la Humanidad y de la resurrección. Según la tradición, el arca en el que Noé puso a salvo a su familia y a una pareja de animales de cada especie se posó en el monte Ararat cuando se retiraron las aguas. Entonces, Noé soltó una paloma, que regresó con una rama de olivo en el pico, convirtiéndose en la mensajera de la nueva vida.

A lo largo de los años, se han llevado a cabo numerosas expediciones para descubrir los restos del arca. Jacobo de Nisibis, un clérigo del siglo IV canonizado por la Iglesia Apostólica de Armenia, fue la primera persona de la Historia que, según la tradición, se encaminó a la cima del monte Ararat y recibió un fragmento del arca de manos de un ángel. Ese fragmento se conserva en la actualidad en la Catedral Matriz de Echmiadzín.

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