Con el final de 2018 y el comienzo de 2019 se suceden los análisis que especulan con la evolución del precio de los metales preciosos en el nuevo año. Unas previsiones que son optimistas para el oro y, muy especialmente, para la plata.
Según el reputado analista del mercado de metales preciosos Lawrie Williams, de Sharps Pixley, el año 2019 va a ser muy positivo para los metales preciosos. Por lo menos, más de lo que ha sido el año 2018, en el que el precio del oro ha permanecido casi plano, pese a lo cual ha sido capaz de batir la revalorización de los mercados de capitales, a los que pasó factura la caída de las últimas semanas del año.
Respecto al oro, Williams señala que la pauta que marca este metal suele ser seguida por el resto de metales preciosos. Según su predicción para 2019, el precio del oro subirá hasta los 1.400 dólares la onza, un 10% más que el precio actual, gracias al mantenimiento de la demanda en los importantes mercados asiáticos, a una leve desaceleración de la producción global de metal y a la posibilidad de que el dólar siga cayendo en comparación con las principales divisas mundiales.
Todo ello abre la puerta al retorno de los inversores al oro y la plata, que volverán a poner de relieve su carácter de activos refugio a lo largo de 2019.
Desde Sharps Pixley citan también otros factores que van a apoyar la subida de precios del oro y de la plata, como el cambio en la política monetaria de la Reserva Federal, con una reducción de ritmo de subidas de tipos de interés, y las dificultades por las que atraviesa la administración Trump desde que los demócratas han obtenido el control de la Cámara de Representantes.
En cuanto a la plata, Lawrie Williams asegura que su precio tiende a moverse en la misma dirección que el del oro, aunque de forma algo más exagerada. En 2018, la plata perdió alrededor de un 9% de su valor, aunque teniendo en cuenta que la ratio oro/plata (que mide el número de onzas de plata que se necesitan para adquirir una de oro) ha iniciado recientemente una tendencia descendente que podría llevarla desde 86 hasta cerca de 70, el precio del llamado “oro de los pobres” podría cerrar el año en torno a los 20 dólares la onza.
Por último están los metales del grupo del platino que, en opinión de Williams, más bien deberían estar clasificados como metales industriales en vez de como metales preciosos, ya que la evolución de su precio está más influida por las circunstancias del suministro y la demanda que por lo que se revaloricen el oro y la plata.
El platino ha estado habitualmente por encima del precio del oro. Una diferencia de precio que se incrementó cuando la demanda de este metal se vio impulsada por la industria del automóvil, que lo utilizó para la fabricación de catalizadores para los motores diésel.
En ese momento, según Williams, el platino disfrutaba de una importante ventaja en cuanto a precio respecto a su “hermano”, el paladio, utilizado para la fabricación de catalizadores en motores de gasolina.
En ambos casos, la demanda superaba al suministro, lo que determinaba una situación de déficit en ambos mercados. Sin embargo, el estallido del escándalo conocido como “dieselgate” de Volkswagen provocó que la cuota de mercado de los vehículos diésel cayera en picado, lo que afectó al precio del platino.
De hecho, ello condujo a que el paladio superar el precio del platino por primera vez desde 2000 e, incluso, lo ha llevado a superar puntualmente el precio del oro. Según estiman desde Sharps Pixley, la industria automovilística se está planteando una posible sustitución del paladio por platino, para reducir costes. Sin embargo, no parece que vaya a ocurrir a corto o medio plazo.
Por eso, la previsión de Lawrie Williams es que el paladio continuará repuntando ocasionalmente por encima del oro, aunque terminará el año en torno a los 1.350 dólares la onza, mientras que el platino lo hará alrededor de los 1.000 dólares.