La búsqueda de oro es el argumento central de la película “Gold” (La Gran Estafa), dirigida por Stephen Gaghan y protagonizada por Matthew McConaughey, que llega a los cines de España este 10 de marzo. Una historia que está inspirada en parte en el caso Bre-X, el mayor escándalo de la minería mundial, que tuvo lugar en los años 90.
Un escándalo que supuso un punto de inflexión en la industria de la minería y propició la creación de nuevas normas de regulación de los mercados de capitales en Canadá, para evitar que se repitieran casos similares.
Bre-X Minerals Ltd era una compañía minera canadiense, con sede en Calgary. A medidos de los años 90, la compañía comunicó que había descubierto en su propiedad de Busang (Indonesia) el yacimiento de oro más grande jamás encontrado. Según datos de sus propios geólogos, el depósito podía contener hasta 200 millones de onzas (más de 6.200 toneladas). Ello suponía el doble del mayor yacimiento de oro conocido hasta la fecha, que era la Mina de Grasberg en Papúa, que contenía 106,2 millones de onzas.
Como es lógico, las acciones de la compañía pasaron de cotizar en la Bolsa de Toronto a menos de un dólar (lo que en el argot se conoce como “penny stocks”), a valer más de 200 dólares.
Sin embargo, en 1997, un asesor minero de Bre-X afirmó que sólo había encontrado pequeñas cantidades de oro en Busang y que alguien había manipulado las muestras de roca con que Bre-X justificaba su hallazgo. En concreto, se había añadido polvo de oro a las muestras minerales, una burda manipulación que fue detectada en seguido por los geólogos, ya que el polvo de oro era de procedencia aluvial (arrastrado por el río) y mostraba un color muy diferente al que habría tenido si hubiera estado en el interior de las rocas.
El periódico The Wall Street Journal pronto bautizó el caso como “la estafa de los 4.000 millones de dólares”. Diversas informaciones de la época apuntan a que los inversores de Bre-X perdieron hasta 6.000 millones de dólares.
Entre los colectivos más perjudicados estaban el de Empleados Municipales Jubilados de Ontario, que perdió 45 millones de dólares; el Fondo de Pensiones del Sector Público de Quebec (70 millones) y el Plan de Pensiones de los Profesores de Ontario (100 millones).
En 1999, la Real Policía Montada del Canadá concluyó su investigación sin encontrar responsables criminales, ni presentar cargos contra ningún ejecutivo de la compañía, lo que desató las críticas entre la opinión pública por su falta de recursos para hacerse cargo de una investigación tan compleja.
Por su parte, el regulador del Estado de Ontario, la Ontario Securities Commission (OSC) presentó cargos contra el vicepresidente de Bre-X, John Felderhof, por el uso de información privilegiada. Sin embargo, el juicio terminó en 2007 con la absolución de Felderhof. Ningún ejecutivo respondió por las pérdidas de los inversores.
“El escándalo Bre-X no fue el primero ni el último, pero fue el mayor. Se les había ido de las manos antes de que se produjera el colapso”, recuerda el analista de CMC Markets Colin Cieszynski a MarketWatch
Y es que la burbuja de Bre-X se había hinchado hasta tal punto que entró en el S&P/TSX Composite Index, el más importante de la Bolsa de Toronto, que incluye alrededor del 70% de la capitalización bursátil de ese mercado. Así que el impacto fue mucho más grande y afectó al mercado principal, no al de pequeñas compañías.
El caso provocó que se aprobara una nueva regulación que mejorara los requisitos de comunicación de actividades de exploración minera en Canadá, incluyendo la obligación de que las muestras extraídas se entreguen en bolsas selladas al laboratorio. Las normas de protección de las muestras y su custodia hasta la entrega en el laboratorio impidieron que se volvieran a repetir fraudes como el de Bre-X en la Bolsa de Toronto.
Y no solo fueron los mercados los que aprendieron la lección, sino también los propios inversores, que aprendieron a huir de los mercados inflados artificialmente y a desconfiar de los stocks individuales de las compañías, que podían desatar la volatilidad de los precios en el mercado de commodities
Los analistas señalan que incluso si un inversor se hubiera visto envuelto en esta burbuja, la gestión de riesgos y las medidas de “stop losses” habrían conseguido mitigar el daño.