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Oro y plata para luchar contra la ciber-delincuencia bancaria

Los metales preciosos son un valor refugio en el que confiar en tiempos de crisis y una fórmula idónea para mantener el patrimonio a salvo de amenazas, incluso una de las más recientes como es la ciber-delincuencia.

El reciente ataque informático a escala mundial registrado el pasado mes de mayo y que afectó a empresas como Telefónica o al Sistema Nacional de Salud del Reino Unido ha demostrado que ni las grandes corporaciones ni los organismos estatales están a salvo de la actuación de hackers y ciber-delincuentes.

Incluso el Gobierno de la nación más poderosa del mundo, los Estados Unidos, ha sido objeto de ataques destinados a alterar el resultado de las elecciones presidenciales. Por tanto, mucho menos seguros se sentirán los ciudadanos particulares a la hora de proteger sus cuentas bancarias o sus tarjetas de crédito.

En el caso de las llamadas criptomonedas como el bitcoin, la amenaza a la seguridad de los “ahorradores virtuales” es más que evidente. Han sido varios los ejemplos en los últimos años de robos que tenían como objetivo la moneda virtual y que han dejado a cientos de miles de inversores sin sus bitcoin.

En un interesante artículo de Stefan Gleason, presidente de Money Metals Exchange, en GoldSeek, se ponen de relieve los problemas que pueden sufrir los afectados por un ciber-fraude bancario a gran escala y cómo los metales preciosos son la mejor fórmula para evitarlo.

Según Gleason, hay una serie de medidas muy sencillas de adoptar y que pueden proteger a los ciudadanos de los efectos de un ciber-ataque al sistema bancario. “Una de las medidas más importantes que hay que adoptar para incrementar su seguridad a las amenazas digitales es poseer activos tangibles que no dependan de la conexión a Internet. Y en este sentido, los metales preciosos han demostrado, a lo largo del tiempo, su capacidad para convertirse en dinero imposible de hackear, señala el artículo.

En cambio, la posesión de metales preciosos en forma de futuros, opciones o ETF no garantiza invulnerabilidad frente a las amenazas al sistema financiero, ya que en realidad son apuntes contables en bases de datos susceptibles de ser manipuladas y vulneradas.

“La ventaja de poseer lingotes o monedas que caben en la palma de su mano es que no es necesario ningún coste adicional para obtener la protección que confieren los metales preciosos”, asegura Gleason.

Desde Money Metals Exchange ofrecen una serie de consejos de seguridad n la operativa bancaria:

– Cerrar las cuentas corrientes que apenas tengan actividad.

– Guardar copias en papel de todos los extractos bancarios.

– Fortalecer las contraseñas de acceso a la banca por Internet o usar un generador de contraseñas.

– Evitar almacenar información sensible en el teléfono móvil o tableta.

– Verificar periódicamente los extractos para detectar posibles robos.

– Instalar software antivirus y mantenerlo actualizado.

Además, Gleason sugiere reservar una parte del patrimonio en metales preciosos y mantenerlo fuera del circuito bancario, ya que una posible crisis financiera impediría el acceso al mismo si se encuentra en la cámara de seguridad de una entidad bancaria.

Se aconseja mantener una parte del oro o plata que se posee en una caja fuerte situada en el propio domicilio, para tener acceso inmediato en caso de necesidad. Por supuesto, la discreción es fundamental: no conviene contar a nadie lo que se tiene ni, mucho menos, dónde.

Para la parte del metal que no se quiera depositar en casa, existen compañías especializadas que se encargan de la custodia de metales preciosos en cámaras acorazadas cuya seguridad está garantizada.

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