Un hallazgo de monedas antiguas, en este caso romanas de los siglos I y II d.C., de oro y plata, vuelve a reforzar el gran valor de los metales preciosos a lo largo de la historia. El descubrimiento ha tenido lugar en las minas de Riotinto, Huelva, en una mina de cobre a cielo abierto en el Cinturón de Pirita Ibérica, perteneciente a la empresa Atalaya Mining, a 65 kilómetros al noroeste de Sevilla.
Atalaya Mining, que mantiene a 300 empleados trabajando en dicha mina, cuenta con un servicio de prospecciones arqueológicas al que se debe el hallazgo del tesorillo alto imperial de los siglos I y II después de Cristo, compuesto por una cincuentena de monedas de plata y alguna de oro: denarios, y áureos, pertenecientes a emperadores como Nerón y Trajano.
El descubrimiento tuvo lugar el pasado 3 de julio, según ha informado Atalaya Mining, durante el proceso de instalación de una cubierta metálica para preservar estructuras antiguas. Las monedas aparecieron formando un grupo compacto y muy adherido, debido sobre todo al paso del tiempo y a que debieron estar guardadas en algún tipo de bolsa de cuero, enterradas bajo el terreno de lo que fue la antigua ciudad romana de Urium.
Este hallazgo se enmarca en la Actividad Arqueológica Preventiva de Excavación Arqueológica en el yacimiento de Cortalago autorizada por resolución de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
El arqueólogo de Atalaya Mining y director del proyecto de Intervención, Luis Iglesias, ha declarado que «encontrar algo de esta relevancia es algo que le ocurre a un arqueólogo una o dos veces en su carrera«.
Actualmente el grupo de monedas se encuentra depositado de forma provisional en las instalaciones del Museo Minero de Riotinto que las custodiará a la espera de lo que determine la autoridad competente y mientras se definen los planes de investigación, restauración y puesta en valor, que incluirán la exposición al público de este tesorillo romano.