El precio del petróleo lleva subiendo de forma ininterrumpida desde mediados del pasado 2017, pero no ha sido hasta hace poco cuando ha comenzado a provocar un incremento en las expectativas de inflación lo que, a su vez, puede contribuir a subir el precio del oro.
En su informe Precious Metals Weekly, la consultora especializada en metales preciosos Metals Focus analiza la escalada de los precios del petróleo y su posible influencia en el incremento de la inflación y del oro. Según el informe, la escalada de los precios del petróleo comenzó después de que, en la reunión de la OPEC de junio de 2017, el grupo de países exportadores de crudo reiterara su compromiso de recortar al suministro hasta los 1,8 millones de barriles diarios.
Este recorte, que en principio se iba a mantener hasta el mes de marzo de 2018, se extendió posteriormente hasta finales del presente año, lo que ha suavizado la situación de exceso de suministro en el mercado y ha dado un impulso a los precios.
En lo que llevamos de año, la subida del precio del petróleo se ha suavizado, con un 13% de ganancia hasta la fecha en el West Texas Intermediate (WTI). Según los analistas de Metals Focus, la incertidumbre en torno al acuerdo nuclear con Irán, del que podría salir Estados Unidos el mes que viene e imponer nuevas sanciones, puede desencadenar nuevas subidas.
Durante las anteriores sanciones impuestas a Irán, las exportaciones de petróleo desde este país cayeron de tres millones de barriles al día a un millón, por lo que el mercado está empezando a descontar que en esta ocasión ocurra lo mismo.
Como señaló Metals Focus en su informe Gold Focus 2018, la posible retirada de Estados Unidos del acuerdo con Irán podría convertirse en un factor que beneficie el crecimiento del precio del oro, por medio del crecimiento de las expectativas inflacionarias.
El crecimiento del precio del petróleo no impacta directamente en el precio del oro, sino que constituye uno de los principales indicadores de la inflación, por lo que existe una importante correlación entre ambos.
Por ejemplo, desde Metals Focus explican que la bajada de la tasa de inflación a 10 años en Estados Unidos, que tuvo lugar el pasado mes de junio, coincidió con la caída del precio del petróleo. Desde entonces, la tasa a 10 años ha crecido desde el 1,67% al 2,18%.
De la misma forma, desde finales de marzo pasado, la tasa de inflación estadounidense a cinco años ha subido 20 puntos básicos, apoyada por la subida del precio del petróleo, lo que le ha permitido alcanzar máximos de cuatro años, 2,97%. Una nueva subida de precio del crudo podría impulsarlo por encima del 3,0%.
De momento, la subida del precio del oro se ha contenido por el crecimiento de los rendimientos de los bonos y acciones, que incrementan el llamado “coste de oportunidad” de poseer oro. “Por tanto, es probable que el precio del oro se mantenga en los mismos niveles a corto plazo. Sin embargo, si se consolidan las expectativas de inflación, el oro podría verse beneficiado a medio plazo, al actuar como una protección frente a la inflación”, indica el informe.
Por otro lado, durante los últimos años la política de tipos de interés bajos y las medidas anticrisis adoptadas en política monetaria han permitido el crecimiento de los rendimientos de los bonos. Con la progresiva subida de los tipos de interés y la desactivación de estas políticas de ayuda, los rendimientos de los bonos pueden verse amenazados, lo que incrementará la volatilidad de los mercados y beneficiará el oro, que pondrá en valor una vez más su carácter de activo refugio.