Los metales preciosos no solo sirven para fabricar lingotes, acuñar monedas o crear piezas de joyería; cuentan con múltiples usos industriales, dado su carácter de excelentes conductores y su maleabilidad. Platino y paladio, por ejemplo, son dos componentes indispensables para la fabricación de catalizadores en la industria del automóvil.
La plata también tiene mucho que decir en esta industria. De hecho, la última innovación presentada por la compañía Volkswagen tiene mucho que ver con este metal. La compañía automovilística alemana ha presentado un nuevo parabrisas con climatizador, capaz de derretir la nieve y el hielo, e impedir que se vuelvan a formar.
Aunque los parabrisas calefactados con un invento antiguo, los filamentos conductores que atraviesan el parabrisas pueden resultar molestos e incluso dificultar la visión cuando vienen vehículos de frente con el alumbrado puesto, o cuando el sol está bajo.
La solución de los ingenieros de Volkswagen es un sistema libre de cables: consiste en una fina capa de plata que se inserta entre las diversas láminas de vidrio que componen el parabrisas, y que convierte la electricidad en calor, con un consumo de unos 400-500 vatios (aproximadamente lo mismo que un ordenador de sobremesa en una hora).
En la parte inferior, el parabrisas cuenta con unos filamentos que calientan el cristal e impiden que las gomas de los limpiaparabrisas se queden adheridas.
Y no sólo sirve para el invierno: la lámina de plata insertada en el parabrisas actúa como aislante térmico pasivo en verano, reflejando hasta un 60% de las radiaciones solares. Eso permite reducir la temperatura interior del vehículo hasta 15 grados con respecto a los parabrisas ordinarios con tinte verde, lo que ayuda a que el sistema de aire acondicionado actúe más rápidamente.
De momento, el parabrisas “de plata” se ofrece como opción en los modelos Golf, Golf Sportsvan, Tiguan, Shara, Passat y Passat Variant, a un precio aproximado de 340 euros.