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¿Por qué los bancos centrales vuelven a interesarse ahora por el oro?

Rótulo banco

Están entre los mayores inversores en oro del mercado, con más de 30.000 toneladas de metal en su poder y todavía siguen incrementando sus posesiones, en niveles que hacía muchos años que no se veían. ¿Por qué se ha producido esta fiebre de compras en el sector oficial?

En la última edición de la revista Gold Investor, editada por el Consejo Mundial del Oro, el director de este organismo, Ezechiel Copic, da las claves. Según sus datos, las compras netas de oro por parte de los bancos centrales se elevaron a 351,5 toneladas solo en los 10 primeros meses de 2018, un 17% más que en el mismo periodo del año anterior y la cifra más alta desde 2015.

Solo en el tercer trimestre, las compras netas fueron de 148,4 toneladas, un 22% más que en el mismo trimestre de 2017.

Además de los compradores habituales, como Rusia, Turquía y Kazajistán, durante 2018 han vuelto a comprar oro países cuyos bancos centrales llevaban años inactivos en este campo, como Polonia, Hungría o la India.

En cuanto a las razones, el artículo de Copic lo deja muy claro: “tradicionalmente, los responsables de los bancos centrales han priorizado cuestiones como la seguridad y la liquidez a la hora de invertir. Por este motivo, el oro, que es el activo refugio por excelencia, lleva mucho tiempo siendo el pilar del sistema de reservas de los bancos centrales”.

La seguridad y la liquidez siguen siendo los principales motivos para confiar en el oro. Lo que ha cambiado son las fuentes del riesgo que motivan estas compras: desde cambios en las condiciones macroeconómicas a sanciones financieras, pasando por la guerra comercial entre EEUU y China, la incertidumbre política o un potencial cambio estructural en el sistema financiero internacional.

Rusia

En el caso de Rusia, el mayor y más activo comprador de oro, el principal factor es la seguridad: contar con activos que no impliquen riesgos políticos. Así, según el director del Consejo Mundial del Oro, “la enorme acumulación de oro por parte de Rusia es una consecuencia directa de la presión ejercida por las sanciones financieras impuestas por Occidente”.

Como señaló el vicegobernador del Banco Central de la Federación Rusa, Dmitri Tulin, “el oro está libre al 100% de riesgos legales y políticos”.

Además, el incremento de las reservas de oro de Rusia ha ido acompañado de una reducción del porcentaje de bonos del Tesoro estadounidense en su cartera, hasta prácticamente deshacerse de ellos (ver gráfico). Un reflejo de una política de desdolarización a largo plazo.

Otros bancos centrales como el de Polonia han vuelto a comprar oro después de mucho tiempo, aunque según Copic, más por razones de diversificación de activos, debido a la preocupación por la economía global y la incertidumbre económica.

En cambio, otros países como Hungría buscan la estabilidad a largo plazo que confiere el oro. De ahí las importantes compras realizadas en octubre de 2018, que permitieron al banco central magiar multiplicar sus reservas por 10.

Según este banco, el oro constituye una excelente línea de defensa en condiciones extremas del mercado o en tiempos de cambios estructurales en el sistema financiero internacional o crisis geopolíticas.

Precisamente, este argumento utilizado por el Banco Nacional de Hungría podría servir para todo el sistema financiero occidental, en caso de que se produzca un cambio hacia un sistema multidivisa, que acabe con el dominio del dólar en el panorama global.

Según el director del Consejo Mundial del Oro, “un cambio de esa envergadura sería un elemento desestabilizador y resultaría negativo para el dólar: en ambos casos, el oro serviría como protección. Aunque los mercados debaten sobre cuándo sobrevendrá ese cambio (que dependerá del ritmo al que China liberalice completamente sus mercados financieros), el argumento de Hungría es la prueba de que, al menos para algunos, estos cambios se producirán más pronto que tarde”.

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