La atención del mercado del oro se ha centrado casi exclusivamente durante los últimos meses en la pandemia de Covid-19 y en los daños económicos que ha provocado, dejando de lado otros factores geopolíticos que han pasado a ser menos relevantes. Sin embargo, no hay que dejar de lado alguno de éstos, ya que va a influir enormemente en el precio de los metales preciosos durante los próximos meses. Estamos hablando, en concreto, de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, que van a enfrentar el próximo mes de noviembre al republicano Donald Trump y al demócrata Joe Biden.
Como escribe Arkadiusz Sieroń en FXStreet, las encuestas apuntan ahora mismo a un cambio de inquilino en la Casa Blanca, ya que el candidato demócrata Joe Biden cuenta con una ventaja de nueve puntos sobre el actual presidente, Donald Trump.
Aunque las encuestas no siempre son fiables (solo hay que recordar la elección del propio Trump), existe la posibilidad de que los electores estadounidenses castiguen la gestión de la crisis del coronavirus por parte de la administración Trump.
De esta forma, el actual presidente podría compartir el destino de George Bush padre, a quien la recesión económica de principios de los años 90 del pasado siglo le costó la reelección, al perder frente al demócrata Bill Clinton.
“Sin embargo, si la economía estadounidense presenta signos de mejoría durante las próximas semanas, la carrera electoral podría volverse aún más ajustada”, señala Sieroń.
¿Qué podría implicar para la economía estadounidense y para el mercado del oro la elección de Joe Biden como nuevo presidente de los Estados Unidos?
Una de las medidas estrella del programa económico del candidato demócrata es su plan de reactivación económica, que contempla la inversión, por parte del Gobierno federal, de 700.000 millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías e iniciativas energéticas.
La financiación de este plan procederá de la subida de los impuestos sobre las empresas y los más ricos: el impuesto de sociedades subirá del 21 al 28%. “Puedo equivocarme, pero no creo que Wall Street vaya a acoger muy positivamente esta subida de impuestos en un momento de fragilidad debido a la recuperación económica de la crisis del coronavirus. Así que las bolsas podrían hundirse si gana Biden”, apunta Sieroń.
Por otro lado, también es posible que los inversores confíen en que Biden modere su programa económico tras las elecciones, o prefiera centrarse en otros temas de la agenda. “Por ejemplo, la política comercial de Biden es menos proteccionista que la de Trump, lo que podría ayudar a poner fin a la guerra comercial con China y otros países, que tanto ha preocupado a los mercado en los últimos meses”, señala.
Por tanto, las consecuencias en las bolsas y en el mercado del oro de la posible victoria electoral de Bien el próximo noviembre son ambiguas. En teoría, explican desde FXStreet, dado que las bolsas se dispararon y el precio del metal se desplomó en 2016, tras la victoria de Donald Trump, habría que esperar lo contrario si pierde Trump.
También cabe esperar que tanto las bolsas como el mercado del oro interpreten la posible victoria de Biden como una señal de optimismo, o que tras un breve periodo de volatilidad se retomen las mismas tendencias que estaban vigentes antes de las elecciones.
“Después de todo, los inversores no tienen motivos para desconfiar de Biden. No es tan radical como Bernie Sanders o Elizabeth Warren. En general, tiene una opinión más moderada que Trump en muchas cuestiones. Y los mercados prosperaron bajo la presidencia de Trump y de Obama, cuyo vicepresidente era Biden”, opina Sieroń.
Al final, importa poco quién resida en la Casa Blanca, ya que las condiciones macroeconómicas actuales van a seguir siendo favorables a los metales preciosos: el déficit fiscal disparado (2,7 billones de dólares en los primeros nueve meses del año fiscal 2020); la deuda federal también (el FMI estima que representará un 160% del PIB en 2030); los tipos de interés reales en negativo; y el mayor crecimiento de la historia moderna en el suministro de papel moneda a la economía.
Además, gane quien gane no se esperan grandes cambios en las políticas monetaria o fiscal, ni en las condiciones macroeconómicas, hasta que la economía se recupere completamente de la crisis del coronavirus.
“Los inversores deberían recordar que aunque la política es importante, lo que hace la Reserva Federal es tanto o más importante para las bolsas y el mercado del oro. Y el banco central estadounidense no va a abandonar su enfoque moderado, esté quien esté en la Casa Blanca. Ni Trump ni Biden renunciarán a que el Gobierno siga gastando de forma extravagante y aprobando paquetes de estímulo. No hay ninguna diferencia. Así que quizá deberíamos votar por el oro”, concluye.