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¿Qué pasa con el paladio?

Los precios del paladio han estado sumidos en una montaña rusa durante la última semana del mes de enero. El martes, 24, el metal alcanzó su precio más alto desde mediados de 2015, con una subida de casi el 18% desde principios de año, para perder, al día siguiente, casi 60 dólares la onza, para una bajada del 7,5%.

El final del mes de enero se está revelando complicado para el paladio, cuya cotización está sufriendo unos vaivenes de consideración, sin que los analistas se pongan de acuerdo en las causas. El pasado día de enero, el precio de la onza de paladio rozó los 800 dólares, quedándose en 798 al final de la sesión, lo que significa unos 118 dólares por onza de ganancia desde que comenzara el año.

El optimismo concluyó al día siguiente, el peor día para el paladio en una década: se dejó casi 60 dólares, en una caída del 7,5%, hasta los 736,10 dólares la onza. Una tendencia que continuó durante los días posteriores.

¿Las razones? “No encontramos una explicación fundamental para la venta, ni tampoco a la subida estratosférica de su precio el día anterior”, señaló el analista Dennis Gartman en su blog, Gartman Letter.

Según Gartman, “nos preocupa que la demanda de paladio se reduzca en años venideros, debido a que la proliferación de los vehículos sin conductor y la poca disposición de los millennials a adquirir vehículos acabe afectando a las ventas de automóviles. Una industria que es la que estimula la demanda en el mercado del paladio”.

Según varios analistas consultados por Kitco News, este movimiento en el precio del paladio no resulta sorprendente, ya que se trata de un mercado muy pequeño y susceptible de movimientos exagerados.

Tanto el paladio como el platino han registrado subidas de precios a raíz del declive de la producción en Sudáfrica que, junto con Rusia, acumula más del 80% del suministro global de estos metales.

Los metales del grupo del platino experimentaron una subida de precios a mediados de enero, con el platino spot alcanzando la barrera de los 1.000 dólares la onza. Según los analistas de HSBC, no hay explicaciones sobre los bruscos movimientos del mercado, aunque apuntaron una posibilidad: la reunión mantenida por el presidente Donald Trump con los máximos ejecutivos de los tres principales fabricantes de automóviles estadounidenses, en la que Trump les animó a incrementar la producción.

HSBC cree que si los fabricantes hacen caso al presidente, tampoco va a haber grandes diferencias en términos de consumo global, ya que un incremento de la producción en Estados Unidos implicará una menor producción en otros países.

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