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Regalar oro, una tradición oriental que convendría importar en España

Comenzamos un nuevo año y es en este momento cuando toca hacer balance de lo sucedido en 2017 y afinar las previsiones de cara a 2018. Un año, por lo que a los metales preciosos respecta que, a tenor de las previsiones, va a seguir siendo positivo para los inversores que han confiado en esta fórmula para proteger su patrimonio.

Durante el pasado 2017, volvimos a contemplar una subida del oro por encima de los 1.300 dólares, aunque en los dos últimos meses del año perdió este nivel. Y las previsiones para 2018 e incluso 2019 son optimistas.

La plata sigue su estela, mientras que el paladio batió récords en 2017, con una ganancia anual cercana al 50%. El platino, tras un año de dudas, se va a ir recuperando.

Un vistazo al balance anual sobre el mercado del oro que publica GFMS-Thomson Reuters sugiere algunas reflexiones interesantes. Por ejemplo, que en 2016, la inversión en oro físico se elevó a 1.058 toneladas, de las que 787 toneladas fueron lingotes y 271, monedas.

Lejos de las cifras de 2013, en las que la inversión alcanzó las 1.873 toneladas, 1.444 de lingotes y 429 de monedas. Pero a lo que íbamos: de esas 1.057 toneladas de oro de inversión, apenas 213 corresponden a Europa. Y de esas 213, más o menos la mitad, a Alemania.

Oroinformación tuvo ocasión de asistir a la World Money Fair celebrada el pasado mes de febrero en Berlín, en la que cientos de ciudadanos alemanes hacían cola ante los stands de las principales refinerías, para comprar lingotes y monedas de oro para su patrimonio personal. Un espectáculo que difícilmente presenciaríamos en nuestro país.

Por supuesto, la comparación con los ciudadanos chinos o indios (los principales consumidores mundiales de oro, tanto en forma de lingotes y monedas, como de joyería) resulta aún más escandalosa.

Pero volviendo al ejemplo de Alemania, sus ciudadanos tienen experiencia en crisis y devaluaciones monetarias, por lo que la desconfianza en el dinero fiat, por muy poderoso que sea ahora mismo el euro, es consustancial a su cultura. Y la forma de ahorrar para la jubilación es, precisamente, acumulando monedas y lingotes de oro.

¿No sería momento de que nos empezásemos a plantear lo mismo en España? La proliferación de productos bancarios supuestamente rentables que han acabado en los tribunales (participaciones preferentes, swaps, productos estructurados, bonos islandeses) ha elevado la desconfianza de muchos ciudadanos respecto a la banca.

¿Desconfiarían también de un activo como el oro, que se puede vender en cualquier momento, incluso en las crisis más apocalípticas, que es fácil de guardar, nunca pierde su valor e, incluso, lo incrementa conforme pasa el tiempo?

En la India, por ejemplo, un país con enormes desigualdades económicas, el oro desempeña un papel fundamental en la sociedad, especialmente en las zonas rurales, no bancarizadas. Los agricultores aprovechan los beneficios de la cosecha para invertir en oro, que se convierte, a la vez, en un medio de ahorrar y actúa como seguro frente a imprevistos como enfermedades o cualquier tipo de siniestros.

Tanto en la India como en China, el oro es un símbolo de prosperidad y trae buena suerte regalarlo con motivo de las festividades. Hasta el punto de que las cifras de demanda se disparan en ambos países durante determinadas fechas señaladas, como Diwali, en la India, o el Año Luna, en China.

Sería un buen momento para empezar a imitar estas sanas y ahorrativas costumbres en nuestro país. Existe el prejuicio de que el oro y la plata son solo para ricos, pero un vistazo a la oferta existente desmiente este mito: una moneda de plata de una onza (31,1 gramos) puede conseguirse por poco más de 20 euros, y es una buena forma de empezar a ahorrar para el futuro, de regalar a nuestros hijos para que, en unos años, se puedan pagar la universidad.

En cuanto al oro, es cierto que no todo el mundo puede desembolsar los 1.200-1.300 euros que vale una moneda de una onza de oro (un krugerrand, por ejemplo). Pero las casas de la moneda cuentan con un catálogo de productos para todos los bolsillos.

Con el oro a unos 1.065 euros la onza, un lingote de un gramo sale por 40 euros, y una moneda de 1/10 de onza de los bullion más conocidos (filarmónica, eagle o krugerrand), sale por alrededor de 123 euros.

Una moneda o lingote pequeños de vez en cuando, o como regalo para ocasiones especiales, es un patrimonio para el futuro y un dinero bien aprovechado. Y estas fechas pueden ser un buen momento para empezar. Al fin y al cabo, uno de los regalos que los Reyes Magos llevaron al Niño Jesús era el oro.

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