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Roban la caja de oro que contuvo el corazón de la reina Ana de Bretaña

Una caja de forma ovalada que en su día contuvo el corazón de la reina Ana de Bretaña, ha sido robada del Museo Thomas-Dobrée de Nantes (Francia), que la custodiaba desde el año 1886. La pieza fue fabricada en el siglo XVI con alrededor de 100 gramos de oro.

Al parecer, los ladrones entraron rompiendo una de las ventanas, el pasado fin de semana, lo que hizo saltar la alarma. Pese a ello, les dio tiempo de romper la vitrina de cristal en la que se encontraba la caja, de forma ovalada y aproximadamente de 15 centímetros de largo, y huir antes de que llegasen los vigilantes y la policía.

El robo ha despertado la indignación de la población local, ya que el valor sentimental e histórico de la pieza, más allá del hecho de que esté hecha de oro, es incalculable. Fabricada en 1514, la pieza había logrado sobrevivir sin ser fundida incluso a la turbulenta época de la Revolución Francesa y había llegado hasta nuestros días.

En palabras de Philippe Grosvalet, presidente del departamento del Loira Atlántico, “los ladrones han atentado contra nuestra herencia común y han robado una pieza de valor incalculable. El corazón de la reina Ana de Bretaña es mucho más que un símbolo y representa nuestra historia común. La reina Ana, duquesa de Bretaña, deseaba que su corazón fuera enterrado junto a sus padres”.

La caja tiene forma ovalada y está rematada con una corona de oro con nueve flores de lis, un adorno característico de la realeza. Considerada como una obra maestra, estaba expuesta en el Museo Thomas-Dobrée desde hacía más de 130 años.

De momento, las autoridades locales no tienen pistas sobre los autores del robo, aunque han hecho un llamamiento a los mismos para que no fundan la pieza para vender el oro con que está fabricada: “si el motivo del robo ha sido porque la pieza está fabricada en oro, los autores deberían entender que su valor histórico y simbólico supera con crecer el valor de los 100 gramos de oro que contiene”, señaló Catherine Touchefeu, consejera del departamento del Loira Atlántico.

Se dice que la reina Ana de Bretaña ha sido la única reina de Francia que fue coronada dos veces. Considerada una de las jóvenes más ricas de Europa, varios reyes se disputaban su mano. Su padre, el duque Francisco II de Bretaña, apalabró su boda en 1483 con el entonces príncipe de Gales, pero la desaparición del joven Eduardo, presuntamente asesinado por su tío Ricardo III, permitió que Anna se casara a los 12 años con el rey Carlos VIII y ascendiera al trono como reina, en 1491.

En 1498, el rey Carlos murió sin dejar un heredero. Un año más tarde, Ana se casó con Luis XII, sucesor del difunto rey, lo que propició que fuera coronada como reina de Francia por segunda vez, la única mujer en la Historia que lo ha sido.

Como duquesa regente de Bretaña, Ana fue una firme defensora de la autonomía de esta región, llamada “la pequeña Bretaña”, que por aquel entonces era un ducado ligado a Francia mediante un tratado. La joven se lo había prometido a su padre en el lecho de muerte de éste.

Su muerte, en 1514, a la edad de 36 años, sumió al rey en una profunda tristeza. Se dice que Luis XII estuvo ocho días llorando y que ordenó que la tumba de la reina fuera lo suficientemente amplia como para alojarles a los dos.

Como mandaba la costumbre, Anna fue enterrada junto a otros difuntos reales en la Basílica de Saint Denis, en las afueras de París. Pero para demostrar que su corazón pertenecía a Bretaña, su deseo fue que éste se depositara en la tumba de sus padres en la capilla de los monjes carmelitas de Nantes, para lo cual se fabricó la caja de oro que ahora ha sido robada.

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