La decisión del Gobierno ruso de dejar de incrementar sus reservas de oro, como venía haciendo de forma continuada desde el año 2014, ha permitido liberar una importante producción local de metal precioso, que ahora se dedica a la exportación. Esto ha permitido que el oro haya superado al gas natural, por primera vez en la historia, como principal materia prima exportada por el país.
El gas natural ha sido, tradicionalmente, uno de los principales productos de exportación por parte de Rusia. Sin embargo, los cambios experimentados recientemente por el mercado del oro han llevado a este metal precioso a desbancar al gas como principal commodity exportada por el país.
Por un lado, la decisión del Gobierno de Vladimir Putin de interrumpir la compra mensual de oro de producción propia para incrementar las reservas nacionales, efectiva desde el pasado mes de abril, ha provocado que exista mucho más oro de producción local disponible para la exportación (Rusia extrajo en 2019 cerca de 345 toneladas de oro).
A ello hay que añadir el hecho de que el precio del oro se ha disparado en estos meses, rebasando su máximo histórico en los últimos días del pasado mes de julio.
Como consecuencia, y según los últimos datos publicados por el Banco Central de la Federación Rusa, las exportaciones de oro del país han ascendido a 65,4 toneladas solo en abril y mayo pasados, por un valor aproximado de 3.550 millones de dólares.
Durante ese mismo periodo, el valor de las exportaciones de gas natural cayó hasta los 2.400 millones de dólares, la cifra más baja desde el año 2002. El gas natural había sido la principal materia prima exportada por Rusia en términos de valor durante los últimos años.
Esta caída del gas natural viene también provocada por la reducción de la demanda de gas y petróleo debido a la pandemia de Covid-19, que ha provocado la reducción de las producción industrial y, por tanto, de la demanda de combustibles.
Por el contrario, el oro ha recorrido el camino inverso en las exportaciones de Rusia: las ventas de oro durante los meses de abril y mayo pasados suponen multiplicar por 14 la cifra correspondiente a esos mismos meses de 2019.
En ello ha tenido mucho que ver el aumento de la demanda de oro como refugio por parte de los inversores internacionales que, a su vez, se ha convertido en uno de los factores que han permitido que el precio del metal se haya disparado hasta registros históricos.
El incremento de las exportaciones también se ha visto beneficiado, además de por la decisión del Banco Central de la Federación Rusa de dejar de comprar oro, por la introducción de cambios en la concesión de licencias de exportación para las minas de oro rusas, que han facilitado enormemente el proceso.
De esta forma, la mayor parte de la producción de oro rusa se destina ahora a la exportación hacia el mercado global. Una tendencia que, a juzgar por los niveles que está alcanzando el precio del metal, podría ser imitada por otros países productores.