La última actualización de las operaciones de compra y venta de oro realizadas por los bancos centrales mundiales depara no pocas sorpresas. No puede considerarse como tal el hecho de que Rusia siga comprando oro, como ha venido haciendo de forma ininterrumpida desde hace más de dos años. Pero sí que el Banco de la Reserva de Australia siga liquidando sus reservas a un ritmo considerable en los últimos meses. Caso aparte es el de Venezuela, con unos datos que, cada vez, suscitan enormes dudas dentro del sector.
Según el último listado con las reservas de oro de los bancos centrales, publicado el 29 de enero por el Consejo Mundial del Oro, con datos tomados del Fondo Monetario Internacional, la tendencia a la compra sigue siendo la predominante en el sector oficial, con unas cuantas operaciones llamativas.
Sin embargo, en los últimos meses también se han registrado importantes operaciones de venta, posiblemente causadas por el alto nivel de precios del metal, que ha convencido a los ejecutivos de algún banco central de la oportunidad de hacer caja.
Al margen del Banco Central de Venezuela, cuyos datos se encuentran cada vez más cuestionados por los analistas internacionales y que ahora analizaremos, una de las principales operaciones de compra ha sido, nuevamente, la protagonizada por el Banco Central de la Federación Rusa, que ha adquirido 9,7 toneladas de oro para sus reservas, que ya se elevan a 2.271,2 toneladas.
Si bien el ritmo de compra de Rusia ha decrecido con respecto a la media que mantuvo, por ejemplo, en 2018 (año récord en cuanto a las compras netas de los bancos centrales), las operaciones su suceden todos los meses y dejan claro que la política de Vladimir Putin de acumular metal precioso para reducir su dependencia del dólar y los bonos del Tesoro estadounidense sigue vigente.
En cambio, China ha detenido las compras de oro, después de haberlas reanudado en febrero del año pasado. En los últimos tres listados mensuales publicados por el Consejo Mundial del Oro, la cantidad atribuida al Banco Central de China permanece en 1.948,3 toneladas. Habrá que esperar a próximos meses a ver si se consolida esta tendencia, y el mayor consumidor mundial de oro vuelve al letargo en cuanto a sus reservas estratégicas.
Importante también ha sido la operación de compra por parte del Banco de la Reserva de la India, que ha añadido 7,5 toneladas de oro a sus reservas, que se elevan a 633,1 toneladas. La India, segundo mayor consumidor mundial de oro, volvió a acudir al mercado internacional en 2018 y desde entonces ha registrado un notable incremento de sus reservas.
También los Emiratos Árabes Unidos han vuelto a incrementar sus reservas de oro, añadiendo 3,6 toneladas más, para un total de 21.
Otra habitual entre los compradores durante los últimos años es Kazajistán. La antigua república soviética sigue la política pro oro de Rusia y, con 3,5 toneladas más de metal, eleva sus reservas hasta las 385,5 toneladas.
En menor medida, también han incrementado sus reservas Ucrania (+0,3 Tm, para un total de 25,2), Egipto (+0,2 Tm, 79,2), México (+0,1 Tm, 120,1) y Albania (+0,1 Tm, 2,5).
El curioso caso de las reservas de Venezuela
El caso de las reservas de oro del Banco Central de Venezuela resulta especialmente curioso. Antes de la publicación del listado de reservas por parte del Consejo Mundial del Oro, a principios del mes de enero, la cifra declarada por el propio BCV al FMI llevaba meses enquistada en las 161,2 toneladas, a pesar de que era público y notorio que la entidad había tenido que desprenderse de varias toneladas de metal para hacer frente al vencimiento de préstamos contraídos con la banca internacional.
Por fin, en el penúltimo listado, el Consejo Mundial atribuía a Venezuela una cifra de 108 toneladas, lo que suponía que el BCV contaba con 53,2 toneladas menos que en meses anteriores.
Sin embargo, de forma sorprendente, en el listado recién publicado, el Banco Central de Venezuela vuelve a contar con esas 161,2 toneladas de oro. Salvo error u omisión por parte del propio Consejo Mundial del Oro, eso significaría que Venezuela ha vuelto a incorporar, mediante compra o devolución de metal utilizado como garantía, un total de 53,2 toneladas de oro lo que, a tenor de la actual situación económica del país, no parece posible.
Ventas
Por el lado de las ventas, se han registrado también operaciones dignas de mención. La más importante, sin duda, es la venta, por parte del Banco de la Reserva de Australia, de 19,9 toneladas de oro, que dejan sus reservas en 48,8 toneladas.
Se trata de una operación significativa, ya que las reservas de oro del país han experimentado notables movimientos durante los últimos meses: en el listado publicado por el Consejo Mundial en el mes de noviembre, Australia aparecía con 68,7 toneladas.
Un mes después, la cantidad había crecido hasta las 79,9 toneladas que, transcurrido otro mes, se redondearon hasta las 80 toneladas de metal.
Sin embargo, en el listado del pasado mes de enero, Australia volvía a aparecer con 68,7 toneladas que, ahora, se han vuelto a reducir a 48,8. La posible explicación puede ser que la entidad está aprovechando el aumento del valor del oro en el mercado para realizar transacciones con él, en vez de tenerlo inmovilizado en sus cámaras acorazadas.
Por su parte, Argentina ha vendido 6,8 toneladas de sus reservas de oro, quedándose con 54,9; Turquía, habitual comprador, ha vendido 2,7 toneladas en esta ocasión, manteniendo 412,5; Uzbekistán se ha desprendido de 2,5 toneladas y queda con 335,9; y Nepal reduce sus reservas en 0,1 toneladas, hasta las 6,4.