La llamada de socorro la ha realizado en estos días la compañía Sharps Pixley, comercializadora de oro retail en el Reino Unido, que asegura que apenas quedan en stock unas dos toneladas de monedas y lingotes pequeños de oro, cantidad a todas luces insuficiente para abastecer la demanda de los ciudadanos, preocupados por el efecto que puede tener el Brexit en sus patrimonios.
La reciente escalada del precio del oro es un reflejo del aumento de la demanda por parte de los inversores. El problema es que el suministro de metal por parte de las compañías mineras, las refinerías y los traders es tan reducido que ya se puede hablar de una situación de escasez de oro físico en el Reino Unido.
A ello han contribuido factores como que la demanda de oro físico por parte de los bancos centrales haya registrado en 2018 sus cifras más altas desde 1967, mientras que los ETF de oro han experimentado un impulso sin precedentes entre diciembre y enero, con una inversión de más de 145 toneladas.
Según explica desde Sharps Pixley su CEO, Ross Norman, apenas quedan en el Reino Unido dos toneladas de monedas y lingotes pequeños de oro. Teniendo en cuenta que la población del país es de 66 millones de habitantes, la proporción de oro disponible al instante es de apenas una libra esterlina por persona.
“En caso de que tenga lugar algún evento ‘económico’, lo lógico es que la demanda sea abrumadoramente superior a la limitada oferta, que se agotaría en apenas unas horas. Por ejemplo, si se produce un Brexit sin acuerdo, la demanda local de oro físico absorbería con rapidez la escasa oferta de pequeñas piezas de oro”, advierte Ross Norman.
Desde la compañía británica aseguran que ya se han puesto en contacto con las principales refinerías suizas para solicitar un suministro adicional. Además, desde Sharps Pixley han lanzado una campaña publicitaria para convencer a los clientes que estén dispuestos a vender sus monedas y lingotes de oro.
La oferta realizada desde la compañía resulta muy atractiva desde el punto de vista económico, ya que ofrecen pagar a los vendedores el 99% de su contenido en oro puro, al precio actual del mercado de Londres. Esa prima del 1% es muy inferior a la que suele aplicarse en los mercados internacionales a la hora de vender oro, y que puede llegar incluso hasta el 15%.
La compañía, además, ofrece a los clientes simplificar al máximo los trámites, requiriéndoles simplemente que lleven a sus oficinas el oro junto con un documento identificativo de su identidad y otro en el que figure su domicilio.
El coste del pesaje y del análisis de la pureza del oro lo asume también la compañía, que pagará a los vendedores por medio de transferencia bancaria o, si la cantidad es inferior a 5.000 libras esterlinas (6.500 dólares), en metálico.